Dicen que rendirse muchas veces implica ganar. Pero también hay ocasiones en que vale más la pena, aunque pierdas, luchar hasta el final.
Aunque sientas que no puedes más, que no quieres seguir, que lo mejor es abandonar. Aunque pienses que cualquier otra opción es mejor que esta, que ya ni es opción ni es nada, que sólo ha terminado convirtiéndose en una carga. En una obligación.
Aunque creas ya no aportas nada, que no das más de ti, que ya estás rozando tu límite, si es que no lo has pasado ya. Que no sabes en qué momento pensaste que era bueno para ti, que valía la pena, que valía el esfuerzo, el tiempo o la dedicación.
A veces, simplemente pasa que has cambiado, que ya no eres la misma persona, que ahora ves con otros ojos, con otra perspectiva, sin ilusión y con desgana.
A veces, te ciegas pensando que no eres capaz de conseguir lo que te has propuesto, te autoexiges demasiado o te castigas sin motivos. Desinflándote a mitad de camino.
Es por eso que es necesario parar a tiempo para coger impulso. Y continuar.
Hacer balance. Ver de dónde partías y hasta dónde has llegado. Celebrar cada paso que te ha llevado a donde hoy estás y ser consciente de que queda.
Cambiar lo que no funciona. No tirarlo por la borda antes de tiempo. Ni quedarte esperando soluciones perfectas. No suele haberlas.
Aprende a escucharte mejor. A entender lo que quieres, lo que echas en falta y hasta dónde puedes llegar. A frenar a tiempo y cambiar de dirección. A anticipar las curvas que se vean venir y a no dar importancia a lo que no lo tiene. A quitar hierro. A dramatizar menos.
Empieza a vivir mejor. A ir hacia lo que quieres, a no perder el tiempo en lo que no. A aprovechar las oportunidades que lleguen y a salir a buscar las que se escondan. A hacer que las cosas pasen.
Rodéate de quienes sumen. Aléjate de quienes te roben, te resten o te hundan. La vida está hecha para ir hacia delante, nunca hacia atrás.
Y aprende a seleccionar las batallas que quieres ganar. No todas valen la pena.
Pero todo aquello que realmente quieras, bien vale la lucha hasta el final.
Patricia Ayuste.
No hay comentarios
Marleah Make Up
20 May, 2014 a las 8:32 amSí que es verdad que hay veces que nos sentimos decaídos, que luchamos y luchamos y no nos sale lo que queremos. Pero sinceramente, no merece la pena mirar el vaso medio vacío. Eso lo llevo poniendo en práctica desde hace un tiempo y creo que funciona. Hay que ser más positivo en la vida para que todo te vaya mejor.
Y… como dice una buena amiga: Si la vida te da la espalda, tócale el culo!!
Entre suspiros y un café
20 May, 2014 a las 11:10 am¡Me gusta tu filosofía! Es cierto, una actitud positiva no te da la solución pero sí que ayuda muchísimo a conseguirla, no hay que desanimarse nunca que la vida da muchas vueltas y todo pasa.