Dicen que todo, tanto lo bueno como lo no tan bueno, tienen un final asegurado.
Sean esas nubes negras, feas, que ves acercarse a lo lejos y que prometen tormenta y oscuridad a su paso. Las que sabes que van a llegar y que no está en tus manos evitarlo. Las que te hacen temblar antes de y buscar refugio intuyendo que, hagas lo que hagas, te vas a calar bien hondo.
Sea esa angustia que te acompaña las 24 horas. La que no te deja ni a sol ni a sombra y te da tan poquita tregua. Ni un respiro. La que te hace imaginarte en el peor de los escenarios.
Sea esa historia que soñabas desde hace tanto tiempo y que ahora vives en primera persona. En la que volcaste todas tus apuestas. En la que te veías viviendo de por vida. En la que creía que nada podía salir mal… y nada salió bien.
Sea esa persona que con la que has perdido la esperanza. Los sueños. Tus bailes. La magia de tu sonrisa. Las ganas de mirar al futuro. Los besos de puntillas. Los viajes infinitos. Los brindis borrachos de ilusión. Las horas robadas a la luna. Las prometedoras puestas de sol.
Pero lo que también dicen es que, para que una historia comience, otra ha de cerrarse.
Que para que llegue el arcoíris, ha de llover primero. Ha de volverse gris el día, el ánimo y el horizonte, para poder pintarlo luego de colores. Ha de tronar para luego para poder escuchar el canto de los pájaros. La paz. El silencio.
Que para saborear la verdadera victoria, hay que sentir en la propia piel la derrota. Caerse. Levantarse. Volver a caer. Tragar tierra, agua y amargura. Hay que armarse de todo lo que eres para afrontar todo lo que te falta.
Que para que llegue alguien nuevo a tu vida, has de ponerle las cosas fáciles. Dejarle espacio. Estar dispuesto. Que hay despedidas que aunque parezcan trágicas, son necesarias. Que no todo será bonito, ni hay que conformarse con menos. Pero que hay que saber quererse.
Y dejarte querer tal cual eres.
Que los cambios, sean extraordinarios o de lo más insignificantes, no avisan, pero llegan.
Y que hay historias que no necesitan ser perfectas, sino posibles.
Que, a veces, por no decir siempre, el final es tan solo el siguiente comienzo.
Patricia Ayuste.
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Marleah Make Up
26 July, 2014 a las 11:57 amMe ha gustado mucho la entrada. Me daba la sensación de que estaba leyendo una novela. Xiqueta, es que escribes muy bien!
Respecto a la historia, es cierto que hay veces que has de pensar en ti y alejarte un poco de algunas personas que quizá no te hacen bien. Pensar en ti y pensar que quieres y qué es lo mejor. Si has de cambiar algo de tu vida o quieres que continúe igual.
Besos!
Entre suspiros y un café
26 July, 2014 a las 2:44 pm¡Ya me has alegrado el día! Muchas gracias guapa, me alegra muchísimo que te guste.
¡Un besazo!