Ella.
Que tenía mil sueños en la cabeza y alguna que otra loca fantasía. Que buscaba su pequeño espacio en el mundo y que estaba dispuesta a encontrarlo. Y a vivirlo. Que estaba acostumbrada a pelear por lo que le aceleraba el pulso, a no conformarse con un no, a dar con esas ventanas que, dicen, se abren cada vez que nos cierran de golpe una puerta en nuestra cara.
Ella. Que quiso descubrir mundo, no le bastaba con las rutinas de sobra conocidas y se negaba a aceptar que el destino -su destino- ya estuviera escrito. Ella, que quería crearlo, ir más allá y hacer de su vida una continua aventura. Sin miedo a las decepciones, imprevistos y desengaños que le surgieran a lo largo de su viaje.
Ella. Que aprendió que no por el simple hecho de querer algo, ese algo te viene dado, sino que has de ir a por ello, con uñas, dientes y lo que tengas a mano. Que nadie regala nada y que nada como el sabor de victoria cuando consigues algo por ti mismo. Que nada como lograr aquello que nadie pensaba que conseguirías y en lo que ni tú mismo creías.
Y que, ahora, sabe a gloria.
Ella. Que probó el sabor amargo de la soledad, de las ilusiones rotas y los reveses que no vio venir. De los nervios tontos y los disgustos que le hicieron llorar. De las pesadillas que la arrinconaron en sus sueños más oscuros, de los fantasmas que aguardaban en rincones inesperados, siempre preparados para aparecer de la nada.
Ella. Que supo vivir con el peso de los errores del ayer, de los que, a veces, le costaba aprender. Contó los pasos que tuvo que retroceder, siempre con intención de coger carrerilla. Y aunque a veces tropezaba en su intento de tomar impulso, siempre se alzaba con la cabeza bien alta. Si siete veces caía, ocho veces se levantaba.
Ella. Que experimentó en su propia piel las mil formas que tiene la vida de sorprenderte, a veces para bien, aunque otras veces no tanto. Supo que aunque la experiencia es un grado, nunca estás preparado para todo lo que está por llegar. Que de todo se sale, aunque a veces nos cueste creer.
Y que a veces, la mayoría de veces, es mejor seguir andando, y nunca volver.
Ella. Que nunca creyó en los cuentos de hadas y supo que en su camino encontraría más de un sapo al que besar. Y aunque nunca esperó encontrar un príncipe, siempre supo que al final, antes o después, pero en algún lugar, encontraría a un compañero con el que soñar, cogerse de la mano y seguir andando.
Ella, que no soñaba con ser princesa pero que nunca dejó de creer en sí misma.
Patricia Ayuste.
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versandoimposibles
29 September, 2014 a las 7:49 amLas heridas nos hacen sentir vivos, y es mejor la incertidumbre de lo desconocido a vivir un cuento en el que ya sabes el final.
Bonito post; he llegado a ti a través de otro blog que sigo, y he de decir que tu naturalidad me ha cautivado. Aquí me quedo.
Saludos y buen comienzo de semana 😉
Esther Barbero
29 September, 2014 a las 7:51 amSimplemente precioso. Un beso. Esther
Entre suspiros y un café
29 September, 2014 a las 10:56 amGracias guapa por estar siempre ahí dando ánimos.
¡Un besote!
Patri.
Entre suspiros y un café
29 September, 2014 a las 10:59 am¡Bienvenida Perla! Me halaga haberte gustado 😉
Patri.
alexia zumilka perez marte
29 September, 2014 a las 12:58 pmes la viva descripción de mi forma de pensar y vivir, los cuentos de hadas solo nos dejan el sabor a miel de los finales, pero con la incertidumbre de que pasa después. Por eso prefiero construir mi historia de las de verdad de las que se llora riendo y se rie llorando!
perfecta entrada Patri!
Julia C.
29 September, 2014 a las 2:10 pmAsí debería ser siempre, experimentar con intensidad y convencimiento todo lo que la vida puede ofrecernos, bueno o malo. Y nunca perdernos a nosotros mismos en el intento.
Muy bonito, gracias por compartirlo con nosotros 🙂
Ratones y Botones
29 September, 2014 a las 3:20 pmMe gusta mucho más tu cuento 🙂
Un besazo
Cecil Vedemil
29 September, 2014 a las 6:25 pmCuando he leído el titulo, me he acordado que yo de pequeña, cuando alguien me decía: buenos días princesa o algo así, yo les respondía: no me llames princesa, llámame presidenta de la república jajaja.
Despues de leer el texto me he quedado sin palabras, es que me encanta y me emociona y pff… de verdad que me encanta 🙂
xx cecil
Entre suspiros y un café
29 September, 2014 a las 6:42 pm¡Gracias Alexia! Me alegra coincidir con tu forma de ver las cosas y de vivir, creo que es importante saber ser realista y construir tu propio camino.
Un beso y gracias por estar a pie de cañón, tanto aquí como en Facebook.
Patri.
Entre suspiros y un café
29 September, 2014 a las 6:46 pm¡Muchas gracias Julia por dedicarme tu tiempo! Lo bonito de compartirlo es saber que os gusta y os sentís identificados.
¡Un beso!
Patri.
Entre suspiros y un café
29 September, 2014 a las 6:47 pmEs un cuento más personal y más real que el de príncipes y princesas que se empeñan en contarnos de pequeños.
Gracias por pasarte 😉
Patri.
Entre suspiros y un café
29 September, 2014 a las 6:54 pmjajajaja ¡qué buena eres! Me encantan tus comentarios. Debemos ser muy parecidas pues solemos coincidir en lo que pensamos.
Me alegra muchísimo haberte emocionado Cecil, creo que es una entrada muy personal pero con la que se puede identificar muchísima gente.
Un besazo enorme,
Patri.
Little Morrui
30 September, 2014 a las 8:03 pmMe hizo llorar.
♡.
Entre suspiros y un café
1 October, 2014 a las 7:24 amEso es que conseguí tocar tu fibra sensible ;).
¡Gracias por pasarte y bienvenida!
Patri.
Midori
2 October, 2014 a las 10:06 pmMe encanta.
Entre suspiros y un café
3 October, 2014 a las 6:35 am¡Gracias! Me alegra que te guste 😉
Un beso,
Patri.
Eidy
7 October, 2014 a las 6:44 pmMe ha encantado esta entrada… Y me has vuelto a emocionar.
Un beso 🙂
Entre suspiros y un café
7 October, 2014 a las 9:44 pmEsta entrada tiene un encanto especial 😉
Gracias por quedarte a leer 😉
Patri.
itsthefridaypost
11 October, 2014 a las 8:41 pmHola acabo de conocer tu blog!! Me ha encantado como escribes y la forma de los posts! Yo estoy empezando con el mio si te apetece pásate algún día de estos!!!
Entre suspiros y un café
12 October, 2014 a las 8:00 am¡Gracias por pasarte por aquí! Mucha suerte con tu blog, los comienzos son un poco difíciles 😉
Un saludo,
Patri.
Rubén M. Mayo
12 November, 2014 a las 1:07 pmChulísimo! Qué buena descripción de los logros, las metas, y lo que cuesta conseguirlos 🙂
Me encanta este párrafo:
“Experimentó en su propia piel las mil formas que tiene la vida de sorprenderte, a veces para bien, aunque otras veces no tanto. Supo que aunque la experiencia es un grado, nunca estás preparado para todo lo que está por llegar. Que de todo se sale…”
Entre suspiros y un café
12 November, 2014 a las 1:59 pm¡Gracias Rubén! Las cosas que cuestan, son las que más valoramos, ¿verdad?
¡Un besazo enorme!
Patri.
elbauldelasvidas
29 November, 2015 a las 9:40 pm¡Qué bonito! Sobre todo el final. Tan bonito como siempre. ¡Un saludo! 🙂
Entre suspiros y un café
29 November, 2015 a las 9:55 pm¡Gracias! Siempre pongo algo de mí en mis historias, y ésta es bastante especial para mí. Gracias por apreciarla 😉
¡Feliz semana!