Viernes

Viernes.

Fin de semana. La tarde del viernes. Sábados y domingos que parecen eternos. Y que en realidad vuelan. 48 horas enteras para ti. Tener tiempo libre. Ocio y descanso. Bendito descanso. Salir y no entrar. Entrar y no salir. Hacer y deshacer. O no hacer absolutamente nada.

Noches locas que no terminan. Mañanas de sol y playa. De perderse por la ciudad. O de aire puro de la montaña. Domingos caseros. Y en pijama. Tardes de sofá, película y manta. Y palomitas. O chocolate con churros. Esconder el despertador. Dormir y dormir. Infinitas siestas. Tu postre favorito.

No tener ninguna prisa.

Audios y mensajes de whatsapp. Y alguna que otra llamada. Risas, emoticonos y despedidas con un hasta pronto. Reencuentros con amigos. Sobremesas en familia. Tapas, copas y confesiones de madrugada. Conversaciones que no tienen fin. Risas que se contagian. Una mesa llena de los tuyos. Noches de japo, de cine o de bailes hasta las tantas.

Improvisar sobre la marcha.

La buena compañía. La mejor. Los planes en pareja. Cenas a la luz de las velas. Sorpresas molonas. Hacer lo que no haces nunca. Hacer lo que haces siempre que puedes. Recuperar el tiempo perdido. Querer sin límites. Abrazos ante cualquier excusa. Hablarse a los ojos.

Comerse con la mirada.

Hacer lo que quieras. Dormirte a mitad de película. Remolonear en el sofá sin remordimientos. Ver tu serie favorita. Momentos de inspiración. Sacar tu vena artística. Leer café en mano. Ratos para ti, para disfrutar a solas. Tortitas con mermelada y zumo de naranja. Comer chocolate. Desayunar en la cama. Darte un buen homenaje.

Y permitirte ese capricho.

Mucha paz. Y pensar con calma. Dejar la mente en blanco. Soñar en voz alta. Soñar hasta de día. Un baño de espuma. Un mensaje de espalda. Apagar el teléfono. Desconectar de todo y de todos. Incluso de ti.

Mimarse y dejarse mimar.

Pasear sin rumbo fijo. Perderse para volverte a encontrar. Escaparte lo más lejos posible. Planear el próximo viaje. Ver las fotos del último. Dejar que el viento te despeine el flequillo. Planear hasta el último segundo. O dejar que surja lo que surja.

Sentirse libre. Acariciar el tiempo. Alegría por la que se avecina. Segundos por vivir y estrujar. Ganas de llegar. Y de comerse el mundo. Mensajes cargados de intenciones. Planes que desbordan agendas e ideas para pasarlo bien, mejor, lo mejor posible, mejor imposible.

Keep calm, it’s viernes.

Patricia Ayuste.