Dejar salir, para poder entrar.
Dicen que solo a quien es capaz de decir adiós –a algo o a alguien– la vida le traerá un nuevo hola. Una nueva oportunidad. Una oportuna salida.
Que solo quien apuesta fuerte y arriesga todo cuanto tiene, o cuando no desiste pero a que lo tiene todo en contra o cuando no tiene nada a su favor, la vida le reparte nuevas cartas para seguir en el juego. Para seguir creyendo en sus posibilidades. Y para ganar por mérito propios.
Que solo quien deja ir cuanto tiene, averigua cuánto de ello le pertenece. Y cuánto de ello estaba de más. Si guardaba cosas que hacía tiempo habían dejado de importar. Si algo de lo que renuncia ahora, volverá más adelante. Si guardó cosas que nunca fueron suyas y vivió durante largo tiempo con una venda en los ojos.
Esperando algo que nunca llegó.
Que es importante apartar todo aquello que no nos aporta nada, que hasta destruye un poco lo que toca. Los «ceros a la izquierda». Todo aquello que resta aun cuando tiene el signo de suma. Lo que frena, lo que ata, lo que entorpece el paso hasta al más ágil corredor.
Que es importante que el equipaje no lastre tus alas, como dice la canción.
Que es bueno dejar todo aquello que nos asusta sin motivos, lo que nos paraliza sin remedio y nos crea una indecisión permanente. Lo que ya pasó y no hay vuelta atrás. Todo aquello sobre lo que nada puedes hacer o lo que está mejor en otras manos. Todo lo que ya no toca.
Olvidar aquellas oportunidades que perdieron su turno.
Que es bueno andar para atrás solo para tomar impulso. Y seguir adelante. Ir de obstáculo en obstáculo, sin pretender saltarlos todos de una o encontrar falsos atajos. Porque hay vallas que si no las saltas, te pierdes lo que se encuentra al otro lado.
Y que andarse con rodeos es el camino fácil. Pero aburrido.
Que es importante liberar tensión, aprender a respirar y encontrar tu propio equilibrio. Ese que no es fácil de hallar pero que es la clave de todo. De saltar las vallas. De ganar cualquier partida.
Que es necesario aprender a soltar todo lo que te quema por dentro, te lastra en cada paso o te retiene en la casilla de salida. Todo lo que te sobra pero acostumbras a cargar a cuestas. Todo lo que te hunde un poco a cada paso. Por poco que sea.
Que es más que necesario encontrar la manera de pedir ayuda cuando más lo necesitas. Cuando el aguante está al límite y el riesgo de explotar está en máximos históricos. Hacer esa llamada de emergencia que te rescate cuando el tiempo corre en tu contra.
Encontrar esa palabra, esa mirada o ese abrazo que te traigan de vuelta cuando más lejos te encuentres. Cuánto más sientas que te has perdido.
Encontrar tu propia válvula de escape.
Patricia Ayuste.
No hay comentarios
Ein Tag mit Pepa
20 May, 2015 a las 11:31 amHola, me identifico mucho con tus palabras. Yo tengo algunas válvulas de escape, entre ellas correr. Al principio no me decidía me costaba, pero ahora estoy más en forma que nunca y me pregunto como podía vivir sin ello o porque no me había animado antes. Un saludo! Para cuándo tu viaje a Berlin?
Entre suspiros y un café
20 May, 2015 a las 8:43 pm¡Hola guapa! Tienes una válvula de escape la mar de sana y recomendable. Supongo que es como todo, al principio costaría, pero poco a poco te vas habituando hasta que te engancha.
El viaje a Berlín, está un poco en stand-by, a la espera de dar con fecha y vuelos que nos cuadre… ¡Ya te contaré!
¡Besos mil!
Marleah Make Up
21 May, 2015 a las 9:19 amCreo que tener una válvula de escape es imprescindible. Algo que te haga olvidar los problemas del día a día y evadirte o llevarte a tu mundo de fantasía y pensamientos positivos.
Para mí, eso son el blog y el canal. No sé qué hubiera sido de mí en los momentos difíciles sin ellos. Me encanta escribir y el feedback tan bueno que se crea con la gente. Ya lo supondrás. Algo que puede parecer tonto, pero que es muy gratificante.
Esperando con ansia tu próxima entrada.
Muchos besos!
Entre suspiros y un café
22 May, 2015 a las 7:09 amSin duda, una válvula de escapa es una forma de evadirte, de sobrellevar las cosas o llevarlas mejor. ¡Y tanto que son necesarias! Cada una ha de buscar la que mejor le vaya y disfrutarla.
Gracias guapa 😉 ¡Besazos!
Chelo
23 May, 2015 a las 2:26 pm¡Hola! He llegado hasta aquí movida por la curiosidad que me provocaba el título de tu Blog. Me parece muy inspirador, y todo lo que escribes también porque me identifico mucho, no sólo con lo que intentas transmitir en este post, sino por lo que he podido leer en otras entradas tuyas.
Yo es que soy muy así también, profunda y reflexiva. No suena muy bien decirlo de una misma, pero es lo que es y lo que hay.
Escribes de maravilla, ¡enhorabuena! Y, por supuesto, aquí me quedo.
¡Buen fin de semana!
Erika Martin
23 May, 2015 a las 4:35 pmHola Patri, me ha encantado tu post. Muchas veces me he sentido como lo explicas, por eso, yo también tengo mis vías de escape.
Consisten en perderme callejeando por Madrid sin rumbo fijo y sin prisas. Observo a la gente, admiro los edificios o simplemente me siento en un banco en un parque a ver volar los pájaros. Hacer fotos de todo ello me relaja bastante.
Un besazo, guapa
Compartiendo Macarrones
24 May, 2015 a las 4:08 pmSin duda Patri, lleva tu toque personal. Ese optimismo del bueno, eso de ver “el lado bueno de las cosas”, y buscar esa válvula de escape de vez en cuando 😉
Un fuerte abrazo,
http://compartiendomacarrones.com/
Entre suspiros y un café
24 May, 2015 a las 6:46 pm¡Bienvenida Chelo! Menudo comentario más bonito me has dejado, espero que te sientas a gusto en mi pequeño espacio, disfrutes leyendo y comentando 😉
¡Un beso! Y feliz semana.
Entre suspiros y un café
24 May, 2015 a las 6:48 pmYa veo una próxima entrada en tu blog, Erika: “¿Qué hace una secretaria (estresada) para desconectar del trabajo”, jejeje.
Haces bien, cuida tu afición de la fotografía, a mí también me encanta 🙂
¡Feliz semana Erika!
Entre suspiros y un café
24 May, 2015 a las 6:51 pm¡Gracias Elvira! Me encanta buscar ese lado bueno y encontrarlo, por oculto que esté a veces…
¡Un beso enorme!
Chelo
24 May, 2015 a las 7:17 pmAcabo de leer que eres fan de Keane y que tu libro de cabecera es Dime quién soy, ¡otra grata coincidencia!
Y muchas gracias, ¡también yo te deseo una feliz semana!
Entre suspiros y un café
24 May, 2015 a las 7:33 pm¡No me digas! Me alegra saberlo, menuda coincidencia 🙂
Pedro Fabelo
24 May, 2015 a las 8:48 pmHola Patricia. Un post muy positivo el tuyo. Muy optimista. Y muy motivador. Te doy totalmente la razón en todo lo que dices. Todos necesitamos hacer introspección y conocernos un poquito más, escuchar lo que nuestro cuerpo y nuestra mente nos pide y hacer todo lo posible por satisfacerlo. Al fin y al cabo, vamos a pasarnos toda la vida acompañados de nosotros mismos. ¿No es esa razón suficiente como para concedernos aquello que, por nuestra propia higiene mental, demandamos? Yo creo que sí.
Un placer leerte. Un abrazo. : )
nereariveiro
19 October, 2015 a las 11:00 pmLa gente que se guarda sus sentimientos y lo que piensa tarde o temprano acaba reventando por algún lado. Yo soy una de esas…
Entre suspiros y un café
20 October, 2015 a las 4:35 pmYo defiendo que cada uno debe tener su pequeño espacio interior y que hay cosas que son muy personales y no hay por qué compartir. Pero hay cosas que si no las dices cuando toca, se acumulan hasta que en algún momento explotan. Y normalmente no suele ser el mejor momento…
Un saludo,
Patri.
elbauldelasvidas
7 February, 2016 a las 6:23 pmLa válvula de escape. Yo muchas veces (cada X tiempo) necesito desconectar de todos y todo. Es decir, me voy por ahí a tomarme un batido, a pasear… Desconecto el móvil y todo el día me lo de dedico a mí mismo. Y es como que te renueva por dentro y por fuera.
Hay muchas válvulas de escape. Lo importante es aceptar cómo vienen las cosas, no preocuparse por aquello que ya hemos dejado en otras manos, como has dicho, y seguir de frente.
¡Un besazo!
PD. Llego tarde al post jajaja 🙂
Entre suspiros y un café
7 February, 2016 a las 7:06 pm¡Me encanta! Yo también intento desconectar de vez en cuando, pero reconozco que no siempre es fácil. Tenemos demasiadas ataduras y dependencias que nos condicionan más de lo que creemos. Enhorabuena por tu fuerza de voluntad, no todos lo consiguen 😉
¡Un beso enorme Dani!