En línea recta

Dicen que si, por mucho que busques, no eres capaz de encontrar tu camino, es porque has de creártelo tú mismo.

Soñarlo. Imaginarlo. Pintarlo.

Que ante la falta de orientación y el no saber por dónde tirar, es cuestión de que indagues sobre lo que no entiendes, sobre lo que desconoces y no quedarte con ninguna duda. Que es mejor preguntar cuando te hayas perdido, pese a que no te guste reconocerlo. Y menos, pedir ayuda.

Que te podrás sentir fuera de lugar a menudo y que será cosa tuya volverte a ubicar. Que, a menudo, las cosas son más fáciles de lo que en un principio parecen y que lo que a veces parece más difícil, sólo es cuestión de intentarlo. Una, dos, tres,… veces.

Las que haga falta.

Que, a menudo, lo que realmente falta es saber a dónde vas. A dónde quieres ir. Y por qué. Que cuesta apostar a rojo cuando todo el mundo apuesta a negro. Que cuesta salirse del camino que otros te marcaron. Que otros eligieron por ti. Que otros te crearon.

Pero que, demasiado a menudo, es la mejor elección que puedes hacer. Y la única opción que tienes.

Que cuesta ser valiente y elegir el camino menos transitado.

Seguir tu instinto. Tus corazonadas. Tu intuición. La que sabe mejor que nadie por dónde sí y por dónde no. La que te conoce bien y sabe lo que necesitas. Lo que mereces. Lo que quieres. La que, si escucharas con más atención, te llevaría hacia tus sueños.

Y no hacia cualquier otro sitio.

Que encontrarás caminos paralelos, perpendiculares e infinitas bifurcaciones. Que algunos te harán perderte, mientras que otros te llevarán a vías sin salida. Que quizá te toque dar la vuelta, desandar tus pasos y reorientarte de nuevo.

Pero que, si tienes claro hacia dónde vas, encontrarás el modo de llegar.

Que podrás caerte por el camino. Encontrarte más baches, escalones y piedras de las que pensabas. Que te tocará desviarte en algunos momentos. Descansar cuando las fuerzas te fallen. Contemplar el paisaje cuando dudes. Coger aire cuando los cálculos no salgan y hasta no hacer nada cuando sientas que no puedes más. Que te lo has de pensar. O que no sabes bien por dónde vas.

Que igual tardes más de lo previsto y que las vistas puedes no acompañar.

Pero que lo importante es que sigas adelante. Y que llegues.

Que encuentres y sigas tu camino.

Que crees tu línea recta hacia tus sueños.

 

Patricia Ayuste.