Dicen que cuando las prioridades están claras, las decisiones se vuelven la mar de fáciles.
Lo que no siempre es fácil es decidir. Saber qué quieres. Saber a qué renunciar para lograrlo. Saber qué va delante y qué es lo que no debería ni tener lugar. Escucharte mejor. Dejar las excusas para otro momento, para nunca. Ponerte manos a la obra cuanto antes. Dejar de dudar de todo. Y de ti.
Que lo fácil es pensar que mañana será mejor. Que hoy no cuenta. Creer que hay grandes oportunidades por llegar y no saber reconocer aquellas que se camuflan en el día y que son imperfectamente perfectas. Y dejarlas pasar… para arrepentirte después. Cuando descubres que algunas jamás regresan.
Y que alguna era la que abría esa deseada puerta.
Dejar que el miedo se imponga, que te domine, que decida por ti. No atreverte a dar un solo paso, un suspiro, ni una sola palabra. Inventarte mil y una mentiras tras las que escudarte. Inventarte planes que no piensas cumplir, con el fin de sentirte bien.
Observar de lejos cómo otros sí que lo logran. Cómo hacen fácil lo que a ti te parece lo más difícil del mundo. Cómo consiguen todo aquello a lo que tú te resistes pero tanto deseas. Y pensar que no tienes la suerte de cara.
O que todo está en tu contra.
Y verte culpando a los demás, a los imprevistos, a la rutina. A todo aquello que, por pequeño que sea, pueda tener algo de influencia. Aunque no tenga nada que ver. En lugar de mirarte las manos y decidirte a actuar.
En lugar de ponerte en pie de una vez.
De hacer lo que te suma, sin excusas, aplazamientos ni nada parecido. Rellenar, por fin, tu tiempo con todo aquello que te llene de felicidad, lo que te da sentido y pinta de color tu día. Elegir más y antes, postergar poco o nada.
Hacer esa llamada que llevas tanto tiempo posponiendo. Tomar ese café que ya está frío de tanto esperar que se alinearan los astros para encontrar la ocasión perfecta. No buscar excusas para ver a los tuyos, sino que cualquier motivo te sirva.
Que cualquier pequeña alegría sea motivo de reunión. De celebración. De sonrisas compartidas.
Que vivir aquí y ahora sea urgente y prioritario.
Dar un salto y subirte a ese tren que anuncia su inminente salida. Ese tren que promete tanto. El que inicia ese viaje para el que llevas tiempo preparando tu equipaje. Que no importa que vaya lleno, ni que seas el único pasajero, tan solo disfrutar del trayecto, del paisaje y de cada parada que te encuentres.
Sabiendo que cada viaje es único. Y que, por mucho que planifiques, las sorpresas vienen solas.
Elige fluir. Ser tú. Y que no te dé ningún miedo. No permitir que nadie te lo robe y que nadie invada tu espacio sin tu permiso. Elige desde tu interior y no desde otros ojos. No importa lo sabios que sean, lo queridos que te resulten o lo amenazantes que te intimiden.
Elige recorrer caminos que en su momento te parecieron difíciles y que te convenciste por ello que no eran para ti. Planifica lo que puedas, pero deja margen a la improvisación. A cambiar de idea, de parecer, de bifurcación. A ir a solas o a ir de la mano de la mejor compañía. A disfrutar de cada paso.
A no tratar de llegar antes de tiempo.
Elige sabiendo lo que al final del día te haga más feliz.
Todo lo que te llene de orgullo, de esperanza, de ilusión. Lo que te dé fuerzas para seguir cuando te flaqueen las rodillas.
Elige, siempre, priorizarte a ti.
Patricia Ayuste.
12 Comentarios
El templo de Salomón
4 julio, 2016 a las 9:43 pmMuy cierto. Un abrazo
Entre suspiros y un café
5 julio, 2016 a las 9:00 am¡Muchas gracias! Un saludo ?
Te enfada que te encante
5 julio, 2016 a las 1:40 am¡Me encanta! Creo que has creado en mí esa energía para disfrutar del presente y no dejar para mañana lo que me gustaría hacer hoy. Me propondré cumplirlo.
Impresionante como escribes.
Saludos 🙂
Anna Ferré Torres
5 julio, 2016 a las 8:03 amMe gusta esta filosofía de ver la vida
Entre suspiros y un café
5 julio, 2016 a las 9:03 am¡Muchas gracias Anna! Ahora, a aplicársela ?
¡Un beso!
Patri
Entre suspiros y un café
5 julio, 2016 a las 9:02 am¡Aprovecha esa energía desde ya! Querer es poder, recuerda.
Muchas gracias por leerme y comentar, comentarios como el tuyo me dan vida. ¡Un beso!
Patri
elbauldelasvidas
5 julio, 2016 a las 7:16 pm¡Qué razón! A mí también me pasa los domingos que me entra el bajoncillo jajaja. Y este verano me entrará también por todas las cosas que quiero hacer y las pocas que voy a hacer! Y yo también digo eso de: Mañana será otro día… Y a veces es una prolongación de ayer, pero hay que seguir adelante y cambiar las cosas! 🙂
Un beso! 😀
Entre suspiros y un café
14 julio, 2016 a las 8:04 pmDe bajoncillo nada, a por todo aquello que quieres hacer, tienes mucho verano por delante 😉
¡Un besote!
Soldadito Marinero
6 julio, 2016 a las 9:33 pmprioricemos en escribir entonces, que eso siempre merece la pena 😉
Entre suspiros y un café
14 julio, 2016 a las 8:04 pm¡Eso siempre merece la pena! Y muchas veces lo disfrutamos tan poco…
¡Un beso!
Elena
14 julio, 2016 a las 8:24 amGraciasss
Entre suspiros y un café
14 julio, 2016 a las 8:06 pmGracias a ti Elena por leerme.
Un beso,
Patri.