Dicen que somos energía.
Expansiva o implosiva.
Átomos que se mantienen unidos.
Dicen también que recibes energía como si fueses una esponja. Que la absorbes, sin distinción de si es positiva, negativa o de dónde viene. De si te dará más fuerza o chocará con la que tienes haciéndola saltar por los aires. Y salir de ti.
Dicen que además de consumir, generas energía. Y que la transmites hacia el exterior. Que la regalas sin ser consciente y que te puede ayudar a conectar con otros. A través de abrazos, del contacto, de los pensamientos.
Que eres capaz de crear tu propio campo magnético y atraes como un imán todo lo que te propongas o no.
Dicen también que estamos conectados.
A través de las palabras. De la confianza. De nuestros actos. Tanto para bien como para mal. De lo que vemos y sentimos. De lo que está ahí aunque no sea fácil de describir. Ni de percibir. De aquello de lo que somos capaces. Muchas más cosas de las que nos pensamos.
Y que ahí radica el problema: en lo poco que creemos, en general. Y en nosotros mismos, en particular.
En que hay quienes son un talismán. Una fuente de energía constante. Y muy potente. Que a su lado, es fácil contagiarse de cosas buenas. De su felicidad, su empoderamiento, sus ganas de vivir. De sus ilusiones, su pasión inagotable, de su forma de tomarse la vida.
Gente que habla tras escuchar de verdad, y no sólo por responder. Gente que piensa y elige la mejor manera de expresarse. O a la que le sale natural. La que dice verdades sin puñales innecesarios. La que no se esconde. La que acompaña cuando es necesario y la que sabe cuándo dejarte espacio. Cuándo estar y cuándo hacerse a un lado.
Quienes saben ser quienes son.
Quienes creen en la fuerza de la palabra. La que es capaz de cambiar tu día, tu semblante y hasta tu forma de andar. La que refleja valores y evita prejuicios. La que es un bálsamo para tus heridas y reconforta como ningún otro remedio. La que transmite emoción por los cuatro costados.
Emoción, energía en movimiento.
La energía que transforma. La que surge de dentro de cada uno y lleva su esencia. La que nos define, nos controla en más de una ocasión y nos da lo que nos falta en otras. La que unas veces paraliza y otras acelera en cuestión de segundos. La que mueve y moviliza. La que conmueve, emociona y nos toca la fibra.
La energía que mueve y conmueve el mundo.
La energía que no has de gastar en cosas que no sumen.
Patricia Ayuste.
4 Comentarios
atomosdispersos
6 septiembre, 2016 a las 12:06 pmMe ha encantado este post!!??
Yo estoy empezando, pero, si quieres, te invito a pasarte por mi blog
Entre suspiros y un café
6 septiembre, 2016 a las 8:16 pm¡Muchas gracias! Mucho ánimo, a veces los comienzos son difíciles, espero que la ilusión te dure y disfrutes escribiendo. Que es lo importante 😉
¡Un beso!
Patri.
Palabras – Entre suspiros y un café
5 diciembre, 2016 a las 7:02 pm[…] Palabras que nos hacen vibrar, nos empujan a soñar, nos animan a estimar. Que contagian su energía, elevándola a su máximo […]
Gracias – Entre suspiros y un café
31 diciembre, 2016 a las 6:20 pm[…] ni yo misma creía en ellos. Por darme ilusión, por multiplicar mi alegría, por alimentar mi energía. Por demostrarme que cuando se quiere, se puede, pero que debes seguir creyendo. Siempre. Y en ti, […]