Entre Suspiros y un Café
Paz mental

Apegos

Qué difícil es no coger cariño.

O cogerlo en su justa medida, sin pasarte de largo ni quedarte demasiado corto. O saber cogerlo cuando llega, ni antes ni después, y saber soltarlo cuando es el momento. Pero soltarlo de verdad, ni a medias ni de mentiras. Saber verlo, saber que es el momento oportuno sin que nada ni nadie te distraiga.

Ni siquiera tú.

equilibrio

Que lo complicado, en muchos casos, es darte cuenta de cuánto apego sientes. Y más aún, reconocerlo sin tapujos ni rodeos. Aceptar que no quieres dejarlo ir, aunque no sepas bien el porqué. Aceptar que te da miedo pensar qué sería de ti sin ello. El después de. El volver a empezar.

Y suele pasar que sí, que coges apegos y que no los quieres soltar. No quieres desanudar nudos que jamás volverán a atarse. No quieres soltar globos que desaparecerán en el horizonte tan pronto vuelen solos. No quieres bajarte de barcos que atracarán en otros puertos como destino final.

Porque sabes que duele y que rara vez hay marcha atrás. Sea una  persona, un vínculo, un recuerdo. Una flor, una mirada, un texto. Que es fácil que te acabes aferrando más a lo que fue, a la memoria, a la ilusión y que, seguramente hoy, ya no sea lo mismo. Ni remotamente parecido. Aunque te cueste verlo y, peor aún, reconocerlo.

Y te resistes. A perder, a soltar, a olvidar.

Y te apena pensar que se pueda ir. En silencio o no. Del mismo modo en que llegó. Que sabes que hay despedidas que se llevan mejor por dentro, aunque no por ello sean menos intensas. Pero que también las hay para las que uno nunca está preparado.

Que hay finales que se esperan y finales que se te atragantan de la peor manera.

tiempo

Como cuando se agota una cuenta atrás. De esas en las que el tictac del reloj lleva el ritmo cantante, a veces frenético. Esas que acaban en una irremediable partida, en despedidas de estación y en promesas de reencuentros futuros. En seguir caminando sin voltear la cabeza y ver qué queda atrás.

Para que nada ni nadie te detenga.

Porque nada ni nadie es para siempre. Por mucho que te empeñes en lo contrario. Que no es más tuyo por gritarlo a todo pulmón y a los cuatro vientos. Ni dura más por meterlo en una urna de cristal o encerrarlo entre cuatro paredes.

Que en los finales de cuento, no siempre comen perdices.

Que hay despedidas que terminan en heridas. De las que duelen. De las que tardan en cicatrizar. De las que escuecen aun sin tocarlas.

Que hay despedidas tras las cuales sientes que algo se rompe. Y que recomponerlo es como una quimera.

Algo que fue importante para ti, y que aún hoy lo es. Una marca, una huella, un vestigio. Un ancla que se pierde en el fondo de tu memoria, que te retiene en tierra firme. Para que no huyas, para que no te escapes. Para que no vueles.

Para que puedas volver de nuevo, cuando sientas que es el momento.

Como siempre vuelve aquello que dicen que es tuyo. Eso que aseguran que si sueltas y vuelve, te pertenece. Que nunca se fue. Eso que también dicen que llega si no lo buscas, si lo dejas tranquilo, si ni le agobias ni te obsesionas.

vida

Porque si eres capaz de alzar velas y soltar amarras, verás que no sólo no te hundes, sino más bien que flotas. Que puedes nadar, navegar o bailar si es lo que prefieres. Que el sol se ve distinto y alejarse de la orilla no da tanto miedo.

Sentirás ligereza y hasta libertad. La misma que hasta hace poco ni echabas en falta. La misma a la que habías renunciado y no te habías dado cuenta. La misma que llega cuando te atreves a soñar, a arriesgar, a volar.

Y a no soltarla.

Cuando disfrutas de lo que sí tienes y sueltas lo que ya no está.

Cuando sueltas esos apegos que no te llevan a ninguna parte.

 

Patricia Ayuste.

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9 Comentarios

  • Responder
    Soldadito Marinero
    18 octubre, 2016 a las 6:42 pm

    El término medio, ahí donde se encuentra la virtud según dicen… Pero a la hora de apegarse, qué difícil estar en ese punto intermedio! Un saludo P.

    • Responder
      Entre suspiros y un café
      20 octubre, 2016 a las 8:10 pm

      Y tanto que es difícil, la cuestión es saber verlo y tratar de no quedarse en los extremos de manera indefinida…

      ¡Un beso grande! Gracias por leer y comentar 🙂
      Patri.

  • Responder
    Elena
    19 octubre, 2016 a las 10:43 am

    El otro día leía que aunque venimos sin nada y nos vamos sin nada…..nos pasamos la vida intentando conseguir cosas que sean “nuestras”………;)……..ironías……necesitamos tan poco…… Petonets Patri

    • Responder
      Entre suspiros y un café
      20 octubre, 2016 a las 8:11 pm

      Lo peor es que podemos ser felices con poco, sabiendo valorarlo y disfrutarlo. Pero no lo hacemos, nos dedicamos como bien dices a buscar posesiones, una detrás de otra, sin saborearla más que lo justo…

      Gracias por leer y comentar Elena 😉
      ¡Un beso enorme!

  • Responder
    Juanan G.C.
    23 octubre, 2016 a las 12:11 pm

    Hola Patri, yo hace tiempo que no me anclo a nada, ni siquiera a los recuerdo. He llegado a ese punto en el que se que las cosas y las relaciones tienen su caducidad natural y admito que la gente entre y salga de mi vida sin dramas. Así soy mas consciente de las cosas y disfruto mejor el momento. A veces he sentido cierta cerrazón a abrirme porque sabía que eso no duraría o que no merecería la pena y a la larga he salido ganando.
    Precioso el post, por cierto 😀
    Un abrazo!!!

    • Responder
      Entre suspiros y un café
      30 octubre, 2016 a las 9:18 am

      ¡Hola Juanan! Déjame decirte que me encanta tu actitud y tu filosofía de vida. ¡Es fundamental! Fluir, no apegarse a nada ni nadie, que es tan distinto de querer y demostrarlo… Sólo así se consigue vivir en el presente, el aquí y el ahora, aceptar que las personas y las cosas van y vienen por algún motivo, y llevarnos lo mejor de cada cosa.

      ¡Un beso grande! Que tengas un bonito domingo 🙂

  • Responder
    aishiterusiempre
    1 noviembre, 2016 a las 6:44 pm

    Felicidades por plasmar tan bien lo que sientes y como sientes!! Todo aquello que nos hace sentir merece la pena.. aunque no siempre se queda para siempre.. aún así, merece la pena! 😉

    • Responder
      Entre suspiros y un café
      14 noviembre, 2016 a las 9:06 pm

      ¡Claro que merece la pena! Cada segundo de felicidad lo vale 🙂

      Gracias por pasarte y dejarme un comentario tan motivados, ¡un beso!

      Patri.

  • Responder
    Gracias – Entre suspiros y un café
    31 diciembre, 2016 a las 6:20 pm

    […] de entenderme, y con ello a los demás.  A saber perder sin perderme a mí misma, a saber soltar apegos que me atan y me sobran, a saber dejar atrás. Que para volver a empezar, hay que soltar. Que sólo […]

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