Haz más de lo que suma.
De lo que te gusta, de lo que te atrae, de lo que te llena, tanto por dentro como por fuera. De lo que te hace olvidar todo lo que no sea ese momento, por preciso y breve que sea. Lo que hace que todo quede en segundo plano, sean los planes de futuro, los problemas, el tiempo y hasta el espacio. De lo que te provoca sonrisas, carcajadas y algún que otro salto de alegría. Lo que multiplica por mil tus sueños y te hace creer en ellos. Una y mil veces más.
Haz más de lo que siempre pospones. Aquello de lo que te quejas no poder cumplir nunca, no tener tiempo, no tener fuerzas para hacerlo. Y lo dejas, y lo vuelves a dejar. Y aquello que no te atreves a empezar. Por cobarde. Todo lo que dejas para más adelante, y hasta fuera de todos tus planes. Porque no es el momento, te mientes, porque piensas que habrá alguna ocasión mejor. Más ideal. Única. Y ahí se queda mientras.
Haz más de lo que te da la vida, de lo que te hace amarla sin reservas. De lo que la dota de sentido. Completo. Y propio. De lo que cuida tu salud, te regala felicidad o te acompaña de la mano a cualquier lugar. Lo que te da valor, motivos, agallas, vivacidad. Lo que no hace daño, ni causa dolor. Lo que no se esconde tras excusas baratas ni busca el olvido constante. Lo que llama tu atención, tus suspiros, tu inspiración.
Haz más de lo que te reta. A dar más. A darlo todo. A ser mejor. A tratar de serlo. A no dejar de intentarlo. A no desanimarte cuando el viento sopla en tu contra y te revuelva el cabello, hasta taparte incluso los ojos. A aprender a andar con él, a aprovechar su fuerza, a hacerlo tu amigo. A encontrar el equilibrio entre su ritmo y el tuyo. A perder el miedo, la angustia y los nervios en vano.
A bailar, bajo la lluvia, nieve o un cielo nublado y triste.
Haz más de lo que ilumina tu mirada. Tu semblante. Tu alma. De lo que habla por ti y de ti. Aquello que tan bien se te da. Aquello que en ti es natural y que surge solo.
Haz más de lo que te transforma. Conscientemente o no. Pero de la manera más natural, más espontánea, más fluida. Libre de artificios, de falsas inyecciones de acción o de adrenalina, de simples e inútiles parches que no tapan nada. Y que al contrario, dejan más al descubierto de lo que ocultan. Sé tu propia acción. Lo que te lleva de 0 a 100 en un visto y no visto. En cuestión de un pestañeo. Y que sientes podrías llegar más lejos, más alto, más hondo.
Llegar a más.
Haz más de lo que sí… y menos de lo que no. De aquello que podrías obviar, si supieras decir que no. De aquello que no tendrías porqué, ni deberías. Por ti ni por nadie. De aquello que te roba, te resta, te quita. Sea luz, energía o ánimo. Sea tiempo, oportunidades o personas. Porque todo tiene un coste. Y hay precios que podemos no pagar si queremos.
Haz más por los demás. Sin contar con las vueltas, ni esperarlas, ni mucho menos exigirlas. Sin valorar su peso, sin darle excesivo valor, sin inflar el tuyo propio a cambio. Sin pregonarlo a los cuatro vientos. Sin llevarte los méritos, los resultados o lo que no sea tuyo. Dando lo que puedes, cuando puedas, lo que eres. A tu justa medida.
Haz más por querer. Y no sólo hacia afuera… sino también hacia dentro. Que eres tan capaz como cualquiera. De querer, de abrazar, de demostrar aprecio. Con todas tus fuerzas, tu ilusión y tu bondad. Sin dejar ocultas tus muestras de cariño y no guardar nada para futuros lejanos. De esos que a veces no llegan a materializarse. De esos que cuando a veces llegan y no son los que esperábamos, ponen nuestro mundo patas arriba. Con alguna que otra ilusión perdida y algún que otro sueño roto para siempre.
Haz más de lo que está en tus manos. Que es más de lo que piensas, si lo piensas bien. Haz más hoy y ahora, deja menos para mañana. Dedícale tiempo al tiempo. A ti. A lo que quieres. A lo que sueñas.
Haz más por ti. Por crecer, por estar donde realmente quieres estar, por encontrar respuestas. Las que realmente te valen, y no quedarte con cualquiera de ellas. Con las primeras que lleguen. O con lo que sea que se le parezca. Por cuidarte, a cada momento, y no sólo en circunstancias especiales.
Por no quedarte en menos pudiendo ser más.
Por ser todo lo que puedes ser y no fingir ser otra cosa.
Por crecer e ir a más. Y hacer siempre más.
Patricia Ayuste.
8 Comentarios
Arpon Files
2 diciembre, 2017 a las 2:42 amMuchas verdades, pero debemos tomar en cuenta que hay cosas que no se hacen o no se pueden hacer por causas que no dependen estrictamente de cada uno de nosotros, especialmente tiempo, el tiempo es el peor enemigo de muchos proyectos
Entre suspiros y un café
10 diciembre, 2017 a las 8:07 pmCierto, el tiempo es un enemigo, pero a veces es más la persona en sí la que procrastina, no prioriza bien o no se pone manos a la obra.
¡Un saludo! Gracias por leer y comentar.
Mundo Chiripa
10 diciembre, 2017 a las 2:29 pmComo dice alguien por ahí debemos tener claro que lo más importante en esta vida es que lo más importante sea realmente lo más importante. Teniendo esto claro, el tiempo saldrá solo y lo disfrutaremos mucho más.
Muy buen post!!
Un Saludo!!
Entre suspiros y un café
10 diciembre, 2017 a las 8:11 pm¡Y tanto! Saber qué es lo importante y ponerlo en el lugar que le corresponde. Por fácil que suene decirlo, llevarlo a la práctica no siempre lo es tanto…
¡Gracias por leer! Un saludo, Patricia.
We are infinite
30 enero, 2018 a las 7:35 pmMe encantó♥
Entre suspiros y un café
30 enero, 2018 a las 9:30 pm¡Muchas gracias! 🙂
Encantada, Patricia.
elbauldelasvidas
29 abril, 2018 a las 10:55 pmJusto estas semanas esto haciendo lo que más me gusta que es escribir. Y no puedo esta más contento y lleno.
Un besazo, Patri!
Genial como siempre!
Entre suspiros y un café
1 mayo, 2018 a las 8:27 amA seguir escribiendo! A encontrar la inspiración y a disfrutar con ello.
¡Gracias por leer! Un besazo grande 🙂