Subraya las cosas que importarán hoy, dentro de un mes y siempre que pienses en ellas. Lo que no tiene fecha de caducidad, pero sí garantía para un largo tiempo. Lo que no pasa de moda cuando termine esta temporada, ni ninguna otra. Subraya todo aquello que te hace sentir en casa, cuando todo lo demás cambia.
Subraya con colores, difumina y salte de las líneas. Pinta sin importarte la gama cromática, la mezcla que hagas o el resultado final. Ilumina cuando el gris se empeñe en ser protagonista por encima de ti.
Subraya las lecciones importantes. Las que no aparecen en los libros de historia ni de ninguna otra clase, pero son las que en verdad te enseñan. Las que te contaron y las que oíste de casualidad. Las que viviste en tu propia piel. Las que acabas aprendiendo de memoria, con pausas y comas incluidas. Las lecciones que te pueden volver a salvar cuando todo lo demás falla.
Subraya las palabras que hablan y no engañan, las que no ocultan nada detrás de la espalda. Las palabras transparentes, que hablan de frente y no se enredan en vueltas que no llevan a ningún lugar. Las que dan sentido. Valor. Ganas. Las palabras que de verdad importan y no las que se dicen por decir, por salir del paso o por ganar una batalla. Para acabar perdiendo la guerra entera.
Subraya lo que no quieres que se pierda entre tanta monotonía, entre tanta uniformidad o entre tanto descuido.
Subraya las páginas que hoy te dicen algo. Las que te emocionan, te enganchan y te hacen releer de nuevo. Las que no te dejan indiferente. Las que recuerdes más en el próximo bajón o incluso te ayuden a salir de él. Las líneas que te den respuestas, más preguntas que te hagan falta o ese viaje que soñabas.
Subraya los aciertos, esos que demasiado a menudo pasan desapercibidos por completo. Sin pena ni gloria. Los que se alojan pronto en el olvido, los que se dan por obvios, insignificantes o demasiado comunes. Que son todo lo contrario. Los aciertos que dicen tanto de ti. Y que no son pocos.
Subraya las risas. Las que extrañas más cuando no suenan. Las que le roban toda seriedad al peor de los tropiezos. Las que, compartidas, se vuelven casi eternas. Las risas que unen a pesar de lo que haya en medio, a pesar de los kilómetros, los miedos o cualquier otro amasijo de pensamientos.
Subraya las historias que pueden ser editadas. Las que no hablan de héroes con capa ni de milagros espectaculares, de las que nadie se cree nada. Sino las más humanas. Las historias de los tuyos. Los que te dicen que, si saltas, saltan contigo. Y lo hacen. Vaya si lo hacen.
Elimina el relleno, lo superficial y cualquier vacío que te robe espacio. Y subraya lo esencial. Lo que puede salvarse entre un montón de desechos. Lo que sobrevive a un terremoto. Lo que te mantiene en pie cuando el suelo se tambalea.
Subraya todo lo que te haga volver cuando te pierdas. Lo que te haga salir cuando te hundas. Lo que no quieras olvidar por nada en el mundo.
Subraya lo importante y borra todo lo demás.
Patricia Ayuste.
2 Comentarios
Pepa
22 May, 2020 a las 3:44 pmQue razón tienes Patricia.
Que importante es subrayar las cosas importantes para que cuando se nos olviden,
podamos volver a ellas, leerlas de nuevo y no olvidarlas.
Un abrazo,
Pepa
Patricia
22 May, 2020 a las 6:10 pm¡Gracias bonita! Disfruta del finde 🙂
Un abrazo grande.