Del cine aprendí que la lluvia no es eterna y que se puede cantar y bailar feliz bajo ella. Con paraguas o sin él. Y saltar en los charcos.
Que la vida es bella, muy bella. Pero también amarga. Que la esperanza ayuda y que es sabio no perderla. Que con actitud llegas y sin ella te pierdes. Que no siempre consigues lo que quieres, pero siempre hay algo que hace bonita tu vida. Y la de los tuyos.
Que siempre son malos tiempos para los soñadores pero que la magia se esconde en cualquier parte. Y en los pequeños placeres. Que hay cajas que protegen los mejores recuerdos de la infancia. Que la suerte tarda en llegar y pasa rápido, como el Tour de Francia. Y que el corazón se seca si no se arriesga.
Que la vida es una caja de sorpresas. Y de bombones. Que nunca sabes lo que te va a tocar y que no siempre te gusta. Que no todos lo vemos igual. Pero que, lo que importa, es como tú la veas. Y lo que hagas de ella.
Que el día de hoy nunca vuelve y que la vida es efímera. Que hay que tomar lo que nos dé, sean rosas o espinas, y hacer lo mejor con ello. Tomar el camino del medio para marcar la diferencia y subirse a una mesa para ver las cosas con otra perspectiva.
Que lo fácil es existir, lo valiente es vivir.
Que puedes huir de todo. Pero solo cuando te enfrentas a aquello que más duele, es cuando deja de perseguirte. Que el enemigo puede estar al lado, pero que si crees que puedes, estás más cerca de lograrlo. Que tu familia te acompaña siempre y que hay amigos que son un verdadero tesoro. Que puedes ser feliz si quieres. Hakuna matata.
Que no perteneces a nadie, salvo a ti. Que hay cosas que no se pueden leer sin los labios pintados o sin tomar un poco de aire antes. Que nunca es buena idea entrar en una jaula, sea o no de oro. Que solo cuando encuentras el lugar donde te sientes a gusto puedes comprar muebles y ponerle nombre al gato.
Y que, para que las cosas salgan bien, hay que querer hacerlas.
Que no siempre es fácil elegir y hay decisiones demasiado complicadas. Que, a veces, has de improvisar. Y renunciar a algo. Que si juegas con fuego en algún momento te quemas, que tenerlo todo es imposible y que lo que quieres no siempre es lo que te hace falta. Que el amor salva.
Y que siempre nos quedará París.
Que nada ocurre por accidente y que el miedo lleva al mismísimo lado oscuro. Que tus ojos pueden engañarte y que tu enfoque determina cómo ves el mundo. Que en ocasiones es mejor no pensar y seguir tu instinto. Que las cosas no se intentan, se hacen. Y que la fuerza te acompaña.
Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Que si quieres algo, vas a por ello y punto. Que el camino son las grandes zancadas y los pequeños pasos. Que la tranquilidad siempre derrota a la tormenta. Que dar las gracias por lo que tienes también es riqueza. Y que es asunto tuyo encontrar tus propias perlas.
Que todos queremos un lugar al que volver siempre y al que llamar hogar. Que las dificultades son parte del camino y las apariencias despistan mucho. Que has de ser tú, poner el corazón en lo que hagas y ser valiente en cada paso. Que no siempre tendrás un camino de baldosas que seguir ni unos zapatos de charol mágicos. Que con amigos todo es distinto. Que no hay que dejar de soñar. Nunca.
Que nada es insumergible. Que la clave, en la mayoría de casos, está en lo que no se ve. Que nunca vas a gustar a todo el mundo y que no todos te van a entender. Ni a apoyar. Que una sola buena carta puede cambiarte la vida y que, si no arriesgas, es imposible que ganes. Que el amor surge en cualquier lugar y no entiende de barreras.
Ni de clases.
Que hay historias que terminan cuando sale el sol y fotografías que se toman para no olvidar. Que del conflicto salen las mejores cosas. Que todo lo que hacemos en la vida, en el fondo y no tan en el fondo, es una forma de ser amados un poco más. Y que en el amor tiene que haber algo más que compromiso.
Que hay quien está dispuesto a saltar al agua por ti. A llamar a mil puertas hasta encontrarte. A correr hasta la cola de embarque solo para decir adiós. A decir te quiero entre carteles y lágrimas. Que el amor, a veces, nos cose a leches. Pero que estar, está en todas partes.
Del cine aprendí que mañana, siempre, será otro día.
Patricia Ayuste.
4 Comentarios
despacitoyconbuenaletrasite
26 octubre, 2020 a las 8:57 amQué bonito escribes.
Ara
26 octubre, 2020 a las 10:00 amQué bonito y qué necesario texto el que escribes hoy. Me han encantado las referencias que has ido dejando a grandes películas de hoy y siempre. Me has atrapado con tus letras desde el comienzo del mismo ?
Pepa
30 octubre, 2020 a las 3:16 pmNo podría sentirme más identificada ni estar más de acuerdo con cada una de tus palabras.
¡Que tengas un buen fin de semana! Me encanta leerte ❤
Patricia Ayuste
1 noviembre, 2020 a las 6:27 pm¡Gracias, Pepa! Me alegra mucho que te guste, espero incluso haberte inspirado para alguna de tus publicaciones molonas.
Un beso enorme ❤