Entre Suspiros y un Café
Sueños

A su debido tiempo

Dicen que la esperanza es la última que abandona el barco, que perder la paciencia es perder la batalla y que los grandes logros solo llegan cuando perseveras.

esperanza

Que no llega antes quien más corre, quién más atajos toma ni quien cruza primero la línea de salida. Ni quien menos se cae. Ni quien más zancadillas pone. Que el más listo no es el que más sabe sino quien más aprende. De sí y de los demás. Quien mantiene su propio ritmo y no desiste hasta llegar a la meta. Aunque sea en último lugar.

Que es más valiente quien busca que quien, por norma, se deja encontrar. Quien apuesta por lo que quiere a quien se conforma con cualquier cosa, incluso las que ni fu ni fa. Quien trata de resolver preguntas para las que no tiene respuestas. Quien acepta que Roma no se hizo en un día pero que puede arder en una sola noche.

Que es un acierto dejar que las cosas caigan por su propio peso, el trabajo dé sus frutos y elegir bien las luchas en las que dejarte las uñas, la piel y las entrañas. Que es imposible –y una insensatez– pretender estar en todas y llevarte siempre la victoria. Que hay esfuerzos que no compensan.

Y de los que es muy difícil salir indemne.

Que es cierto aquello de que todos tenemos las mismas oportunidades de ser felices. Ni una más ni una menos. Pero no todos las sabemos ver, ni aprovechar, ni estirar hasta el infinito. Que la comparación es fácil pero es de lo más inútil que puedes hacer. Y que vivir siempre con la mirada puesta en los demás es abandonarte en vida.

Que saber cuándo abandonar también es cuidarte. Negarte a lo que te daña más que te ayuda. Rechazar todo aquello que te resta de más y te erosiona por dentro. Saber de lo que apartarte, a lo que no acercarte y lo que puede quemarte. Para no terminar en combustión espontánea.

Que es de sabios no forzar lo que no sale ni a la de tres. Lo que se atasca cada vez que lo intentas. Lo que te incomoda de una manera demasiado incómoda. Todo lo que te dice a gritos que no. Lo que requiere su tiempo, aunque no coincida con el tuyo.

Que ni antes ni después.

Cuando toque. Cuando llegue su momento. El que tiene cada cosa, cada lugar y cada persona.

tiempo

Que las heridas primero han de sangrar para poder cerrarse. Y curar bien. Que las cicatrices te recuerdan dónde has estado. Lo vivido. Lo aprendido. Que has sido más fuerte que tus heridas. Y que tus miedos.

Que recomponerse puede ser vital en algunos momentos. Para coger fuerzas, ánimo o lo que te falte. Para volver con la cabeza bien alta a donde te habías quedado. Para continuar con aquello que te plantaba cara. O plantarlo todo y empezar desde cero.

Que es de tontos malgastar las ganas. Invertirlas en aquello que las mengua. En promesas vacías. En falsas esperanzas. En quienes no te miran a los ojos ni te escuchan cuando hablas. En quienes fingen contigo o te mienten por la espalda. En quienes no son lo que parecen y te hacen ser lo que no eres.

También es cierto que, aunque a veces no lo parezca, las cosas tienen sentido. O lo acaban teniendo. Que, no siempre es cuestión de entender, sino de aceptar. Y esperar. Que no siempre se lleva la razón ni se puede gustar a todo el mundo.

Que los finales son necesarios, así como la adrenalina y las treguas. Que todo lo que comienza termina y lo que termina permite que algo nuevo llegue. Que es necesario coger aire cuando falla y distancia para ver mejor las cosas.

amor

Que la magia llega cuando no la esperas. Que las probabilidades de rozar tus sueños se multiplican cuanto más apuestes en ellos. Que la suerte no siempre está de tu lado, pero siempre hay algo que puedes hacer por ti. Y por lo que más quieres.

Que quienes más te quieren, te lo demuestran siempre. A su manera. Quienes no tienen excusas pero sí sus puertas abiertas. Quienes comparten tus ilusiones y desvelos, tus cimas y caídas, tus ganas y miedos. Quienes te hacen sentir bien. Y reír hasta llorar. Y llorar de pura alegría.

Que, a menudo, la vida pasa sin que pase nada y de repente todo pasa. Que hay momentos que lo valen todo y tesoros que se esconden en la rutina del día a día. En una llamada que hace que olvides todo lo demás y te saca una sonrisa. En esa sonrisa que no todo el mundo te saca. En uno de esos abrazos que llenan cualquier vacío.

Porque todo llega, a su debido tiempo.

 

Patricia Ayuste.

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2 Comentarios

  • Responder
    Lucia
    18 December, 2020 a las 4:07 pm

    Me encanta. No dejes de escribir nunca.

    • Responder
      Entre suspiros y un café
      19 December, 2020 a las 11:29 am

      Muchas gracias, Lucía, con comentarios así es imposible dejar de escribir 🙂

      Un abrazo, gracias por leer.

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