Y que salga bien

Que salga bien aquello de lo que más huyes. Aquello de lo que tratas de esconderte, que no te encuentre y que pase de largo sin apenas rozarte. Y cuanto antes. Eso en lo que menos quieres pensar, pero no por ello desaparece. Eso que tratas de no escuchar, de no sufrir y de evitar que siga haciendo que tus días se nublen, que tus pies sangren y que tu cabeza dé tantas vueltas.

Que salga bien aquello para lo que sientes que no es tu momento. Ni lugar. Ni destino. Aquello que te gusta entre poco y nada. Todo lo que se te atraviesa de la peor manera, incluso desde el mismo principio. Lo que se te resiste, con lo que tropiezas una y otra vez o más problemas te causa. Aquello que no parece dejar de crecer ni tener un final.

Que salga bien lo que te causa más nervios, más temblores y hasta cierto pánico. Que aprendas a quitarte la venda, a derribar viejos –y no tan viejos– mitos y a no agobiarte cuando no des pie con bola. Que te sacudas las hojas secas, los esqueletos del pasado y las palabras vacías. Que pierdas el miedo a los pasos en falso, a los tropiezos y a los chaparrones que te pillan por sorpresa.

Y que salga bien alguna de esas guerras que dabas por perdida.

Que salga bien lo que antes ya ha salido mal. O incluso fatal. Lo que no ha habido manera de entender, de lograr, de acallar. Lo que se te ha resistido en más de una y cien ocasiones. Aquello que se te ha escapado cuando más cerca estabas. Aquello que se ha esfumado sin que pudieras hacer nada.

Aquello que quieres que deje de quedarte grande de una vez por todas.

Que salga bien ese último cartucho que quemas. Ese salto cuando se acaba la tierra. Ese sprint con el que llegar a la meta. Aquello en lo que pones todo tu empeño, tu tiempo, tus ganas. Aquello que puede inclinar por fin la balanza y ser casi, casi definitivo. Lo que puede suponer un antes y un después.

Lo que puede hacer que vuelvas a sacar la cabeza. A coger aire. Y a empezar con más fuerza.

Que salga bien todo aquello que te propones. Las ideas que hoy parecen descabelladas y demasiado atrevidas, los cruces que pueden cambiar tu panorama y hasta el escenario que pisas, las apuestas por las que nadie apostaría. Todo lo que hoy plantas para que dé sus frutos. Todo lo que puede hacer que un día tonto sientas que te ha tocado el premio gordo.

Que salga bien lo que viene tras el primer párrafo. Los pasos improvisados, los nervios de última hora, las semillas recién sembradas. Lo que dejas al azar y lo que tomas con tus propias manos. Las razones que te llevan a dar un paso al frente. Las promesas que te animan a cruzar a nado.

Y las historias que, intuyes, pueden dejarte huella.

Que salga bien lo que más quieres. Lo que crea una gran diferencia. Lo que tiene la llave que abre tantas puertas. Lo que es un auténtico regalo. Lo que te lleva a tus sueños, a tus sonrisas y al mismísimo cielo. Lo que, solo por intentarlo, ya ha valido la pena.

Que salgan bien tus neuras, tus locuras y tus viajes a ciegas. Que tus descaros te lleven a donde anhelas y te aparten de lo que no quieras tener cerca. Que los riesgos que asumas te den más alegrías que penas, que las pérdidas compensen y que la espera no desespere en exceso. Que caer no sea lo último que hagas.

Y que siempre te quede otro as bajo la manga para usar en caso de emergencia.

Que salga bien lo que te hace feliz de verdad. Y no solo a pequeños ratos. Lo que no son simples parches sino sonrisas seguras. Lo que te quita cualquier mal y ayuda a que el mundo sea un lugar mejor. Lo que hace que no te arrepientas de nada, que des el cien por cien como poco y que sientas que todo esfuerzo que hagas bien vale la pena.

Que salga bien aquello que te acerca a quienes más te cuidan. Por quienes darías todo y junto a quienes sientes que nada malo puede pasarte. Junto a quienes los ataques son solo de risa. Junto a quienes siempre tienes un lugar en el que quedarte. Donde no se van cuando las cosas se ponen feas. Donde no te falta un hombro sobre el que llorar.

Donde no te falta nunca un abrazo en el que perder el tiempo de la mejor manera posible.

Que salga bien lo que más te importa, te empuja a volar y te ayuda a creer de nuevo en ti.

Y que salga bien todo aquello por lo que suspiras.

 

 Patricia Ayuste.