Creo que hay palabras que salvan de la oscuridad, gestos que sofocan el más temible de los fuegos y mapas que es necesario despedazar para encontrar tu propio norte. Que hay hechizos que no llevan a nada bueno. Que una sola línea puede valer más que un libro de cien páginas, que hay párrafos que es mejor saltarte y que hasta el peor de los finales se convierte siempre en un nuevo comienzo.
Y que, en ocasiones, no hay que esperar a contar hasta diez para salir corriendo.
Creo que dos miradas pueden entenderse sin mediar una sola palabra, que no es bueno vivir mirando siempre al suelo y que no pasa nada si no tienes todas las respuestas. Que es imposible tenerlas y algunas hay que inventarlas. Que no todo es importante y pocas son las cosas que realmente urgen. Que no todas las promesas están vacías, que deberías pensarte dos veces aquello que prometes y que aquellas cosas que cumples por tus propios medios son el más grande soplo de aire fresco.
Creo que hay abismos de los que solo sales cuando consigues templar tus nervios. Que el miedo –en su justa medida- es necesario, que lo mejor está siempre al otro lado y que nada ganas si nunca te arriesgas. Por poquito que sea. Que has de saber cuándo ponerte a salvo, cuándo decir basta y cuándo dejar las cosas tal cual están.
Y aprender que hay caparazones que no te evitan ni rasguños, ni moratones, ni heridas.
Creo que el mejor maestro siempre es tu último error. Que hay semáforos en ámbar que es un verdadero peligro cruzar, que vivir con prisas es perderte la mitad de la vida y decir que no a tiempo es un auténtico don. Que es una suerte no poder tapar todo con Tipp-ex, que es bueno pedir disculpas empezando por ti y que pocas son las cosas verdaderamente irremediables.
Y que si, de verdad te lo propones, al final encuentras la manera de salirte con la tuya.
Creo que eres más fuerte de lo que te piensas, que tu voluntad mueve montañas y que mueves muchas menos de las que podrías. Que hay bucles que te enseñan a dónde es mejor que no vuelvas, decisiones que lo cambian todo y rencores que te persiguen mientras no decidas abandonarlos. Que las taras siempre, siempre, salen. Y los traumas. Y las neuras. Pero también todo lo bueno.
Y que todo lo que baja, en algún momento, sube de nuevo.
Creo que llorar no es de cobardes, sino de aquellos que fueron valientes demasiado tiempo. Que no hay que perder la esperanza cuando la suerte no está de tu lado, saber dónde refugiarte cuando las cosas se pongan feas y aprender a vivir con lo que no te gusta mientras tratas de cambiarlo.
Creo que nada ni nadie es perfecto, por muy idílico que parezca. Que hay que saber cuándo y cuánto exigirte y cuándo soltar cuerda. Que hay que saber en quién inspirarte y a quién no seguir como ejemplo. Que está bien querer dar lo mejor de ti pero no llevarte a ningún extremo.
Creo que los abuelos deberían ser eternos, que hay amigos que son familia y que el amor de los padres lo puede todo. Que reír es pura vitamina y que amar te salva hasta de la peor de las guerras. Que hay quienes hacen que te olvides del tiempo, de problemas y de cualquier miseria.
Quienes surgen de la nada y se convierten en todo.
Y quienes se transforman en tu destino favorito.
Creo que hay sueños que solo se cumplen cuando dejas de atiborrarte de excusas. Cuando le robas horas a la madrugada, a las dudas y a los rodeos. Cuando le pierdes el miedo a equivocarte, a que te cierren puertas o a que te veas demasiado lejos. Cuando dejas fuera todo lo que no te ayuda. Cuando decides ir a por todas, echarle ganas y no conformarte con menos.
Cuando aceptas que no hay mejor momento que el ahora.
Creo que no se necesita tanto para ser feliz. Que solo cuando te dejas de tonterías descubres lo que eres. Que solo cuando dejas de sacar defecto a todo, de quejarte por cualquier detalle o de estar siempre a la defensiva es cuando dejas que las cosas lleguen. Que la paz te encuentre. Que el sol brille.
Que solo cuando aprendes a ser feliz con todo, serás feliz siempre.
Creo que solo puedes ser imprescindible para ti. Que sin ti, no eres nadie. Que es un error tratar de encontrar fuera lo que llevas por dentro. Tratar de agradar a todos sin estar tú bien primero. Tratar de llegar a todo, dejándote a ti en el último puesto.
Creo que demostrar amor es de valientes y que nunca deberías arrepentirte de lo que diste.
Y creo que no hay mayor magia en el mundo que creer en ti.
Patricia Ayuste.
6 Comentarios
historiasconk
13 junio, 2021 a las 9:17 pmQue bonito. A veces tenemos una mal percepción de nosotros mismos. Estas palabras, sanan.
Patricia Ayuste
14 junio, 2021 a las 8:33 amGracias por leer y comentar. Me alegra mucho que te haya gustado ?
Muy feliz semana,
Patricia.
Pepa
18 junio, 2021 a las 4:51 pm¡Que bonito! Por experiencia propia, creo mucho en eso de que hasta el peor de los finales se convierte siempre en un nuevo comienzo.
Un abrazo.
Patricia Ayuste
18 junio, 2021 a las 6:48 pm¡Gracias, bonita! Por estar, ser y dedicarme tu tiempo 🙂
Un beso grande.
Yulia Rosabal
25 junio, 2021 a las 10:06 pmQué bonito, me encantó.Realmente son mensajes que necesitamos decirnos a diario.
Patricia Ayuste
28 junio, 2021 a las 8:24 pm¡Gracias, Yulia! Me alegro enormemente de que te haya gustado.
Un saludo, bienvenida 🙂
Patricia.