Es de valientes acallar tus miedos. Y escuchar tu propio silencio.
El que te dicta lo que de verdad quieres, lo que ocultas en lo más profundo y que, a veces, te esfuerzas tanto en reprimir. En ocultar, en enmudecer, en no escuchar. En que no salga a la superficie. Lo que incluso te da cierto pavor reconocer o intentar.
Lo que no llegas a creer posible, y a lo que te niegas a arriesgar o probar.
Es de valientes comprometerte contigo. De veras y por completo. Sin pretextos, excusas ni disculpas. Quererte con todas las de la ley y a pesar de las dudas. No quedarte atrás, a un lado o en segundo plano. No dejarte arrastrar, ni pretender que otros te rescaten. No buscar nada de fuera sin antes hallarlo dentro. Saber buscarlo. Saber encontrarlo.
Saber cuidarlo.
Es de valientes lucir sonrisa cuando por dentro tiemblas. Cuando sientes que estás a punto de romperte o cuando, de alguna manera, ya lo has hecho. Ya te has roto e incluso te encuentras recogiendo tus pedazos. Uno a uno. Sabiendo que nunca volverás a recomponerte del todo. Sabiendo que, aunque pegues uno a uno esos pedacitos, no será lo mismo. Y hasta desear que no vuelva a serlo.
Desear que algo cambie.
Es de valientes salirte del camino más transitado. El que te dicen has de seguir. El que sigue todo el mundo, o todo el mundo quiere seguir. No hacerlo, y crearte el tuyo, aunque hayas de partir de cero e inventártelo sobre la marcha. A tu ritmo, a tu paso, a tu libre albedrío. Y no desesperarte si no ves el final, si te asaltan las dudas o si te encuentras con un desvío detrás de otro.
Elegir y probar. Ver qué pasa después.
Es de valientes decidir por uno mismo. No dejarte llevar por otros instintos, por otras experiencias, por otras habladurías. Decidir escucharte a ti, en primer lugar. A tus silencios, a tus pasos. Sin esperar soluciones mágicas ni pretender agradar a todo el mundo.
Salvo a ti.
Es de valientes jugar a ganar. A ser ganador. Actuar como si ya lo fueras. Apostar a negro, sabiendo que puede salir rojo. Sabiendo que, en ocasiones, arriesgas mucho de lo que tienes y de lo que podrías tener. Sabiendo que para ganar, hay que arriesgar. Y apostar por algo. Por tus sueños, por tus miedos, por ti. Apostar aunque desconozcas lo que vendrá a continuación, pero sabiendo dónde estás ahora y a dónde quieres llegar.
Estar dispuesto a soltar. A perder. Y a avanzar.
Es de valientes no rendirte. No claudicar ni dar marcha atrás. Enfrentarte a lo que surja, saltar cualquier ola, olvidarte de las piedras que te hagan caer. De las caídas, de los tropiezos, de los enredos. Seguir adelante, incluso cuando el desánimo te toque el hombro o un vendaval te haga retroceder.
Aprender a cambiar de aires.
Es de valientes reinventarte. Un poco, a medias o por completo. Cada día o cada vez que lo consideres necesario. Cambiar de ideas, renovar sonrisas, olvidar actitudes. De las que no llevan a ningún callejón con salida. De las que dejan cicatrices. De las que te impiden ser tú o llegar a serlo.
De las que hacen incluso daño.
Es de valientes no perder la esperanza. Ni la ilusión. Creer en ti, en tu valía, en tu grandeza. Mantener la calma, la templanza y las ideas claras cuando las circunstancias no acompañen, cuando la vida no te sonría, o no del modo que te gustaría. Cuando todo te de vueltas.
Es de valientes reconocer que te equivocaste. Admitir que optaste por la opción menos acertada. Que pudiste hacerlo mejor o incluso no hacerlo. O hacerlo de una manera completamente distinta. Admitirlo, sentirlo, pero no arrepentirte. No quedarte ahí, en el error en sí, en «lo que pudo ser», en el pasado.
Sino aprender de ello. Y seguir andando.
Es de valientes aprender. A escuchar y a callar. A hablar y a sentir. Aprender cuándo decir no y cuándo que sí. Y no hacerlo al contrario. No engañarte ni contarte medias verdades. Decirte lo que necesitas oír, hacer lo que quieres hacer. No quedarte con palabras por decir ni regalos por abrir.
Es de valientes no vivir a medias.
Ser protagonista y no serlo de boquilla. Actuar como tal y no solo sobre el papel. Escribir tu historia, inventar tus pasos de baile, crear tus propias soluciones.
Es de valientes ser compañía, de la verdadera. Acompañar y estar. Elegir a quién y con quién no. Saber cuándo ir y cuándo volver. Y saber marcharte.
Es de valientes ser tú. Aunque desentones. Aunque vayas contra marea. Aunque sientas que no pegas. Y no dejar de serlo, a pesar de todo.
Y encontrar tu sitio.
Porque es de valientes serlo, y no simplemente fingirlo.
Patricia Ayuste.
18 Comentarios
saltandolalinearoja
17 noviembre, 2016 a las 8:58 pmReblogueó esto en saltando la linea rojay comentado:
Es simplemente maravilloso. Hoy me resulta especialemente inspirador.
Entre suspiros y un café
28 noviembre, 2016 a las 8:21 pm¡Muchas gracias! Por leer, por comentar y por compartir.
¡Feliz semana!
Patri.
chulakids- decoración infantil chula
17 noviembre, 2016 a las 9:13 pmMe encanta!
Entre suspiros y un café
28 noviembre, 2016 a las 8:22 pm¡Muchas gracias! Me alegra saberlo 😉
¡Un beso!
Patri,
tuereselmejorregalo
17 noviembre, 2016 a las 9:29 pmQue crack! ???Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta
Entre suspiros y un café
28 noviembre, 2016 a las 8:33 pm¡Gracias! Feliz semana 😉
Patri.
Elena
18 noviembre, 2016 a las 12:59 pmTe superas en tus entradas 😉
Entre suspiros y un café
28 noviembre, 2016 a las 8:34 pm¡Gracias solete! Da gusto escribir recibiendo comentarios tan potentes.
¡Un besazo grande!
Javier - Ventura Sensitiva
22 noviembre, 2016 a las 1:57 pmDesde aquí, un valiente más… ¡Brindemos por más personas valientes que lloren y sonrían al mismo tiempo, sin importar lo que se encuentre a su alrededor!
Entre suspiros y un café
28 noviembre, 2016 a las 8:35 pm¡Brindemos por todos aquellos que a pesar de todo y a pesar de todos, siguen adelante!
Un saludo,
Patri.
elbauldelasvidas
12 diciembre, 2016 a las 3:46 pmNo quedarte sin historias que vivir… ¡NUNCA!
También es de valientes estar mal cuando se está mal y seguir avanzando a pesar de todo.
Y también es de valientes escribir como escribes.
Un besazo!
Entre suspiros y un café
12 diciembre, 2016 a las 8:47 pmEs de valientes vivir aventuras lejos de casa, no dejar de escribir e inventar bonitas historias como las tuyas, Dani.
¡Un beso enorme!
Gracias – Entre suspiros y un café
31 diciembre, 2016 a las 6:20 pm[…] por hacerme llorar. Porque aunque no lo parezca, se necesita tristeza para afrontar la vida. Porque es de valientes saber verlo, saber levantarse de cada tropiezo, querer levantarse siempre y volver a andar. Superar […]
A ti, que no paras de recibir decepciones | Ventura Sensitiva
8 julio, 2017 a las 11:56 am[…] Aunque saber rendirse en el momento adecuado también es de valientes. […]
Arpon Files
25 noviembre, 2018 a las 10:12 pmY queda perfectamente claro, por lo que he leído de ti hasta ahora, que eres una de las contadas valientes que hay. Un gran abrazo y me tomo el atrevimiento de compartir este post en mi blog.
Patricia
25 noviembre, 2018 a las 10:15 pmWow, muchas gracias! Me halaga muchísimo que pienses así de mí. Gracias por tus siempre bonitos comentarios, por leerme y por compartir mis textos en tu blog.
Un abrazo, feliz semana ?
Miriam
26 noviembre, 2018 a las 11:52 amSimplemente Sublime
Gracias
Patricia
26 noviembre, 2018 a las 11:25 pmGracias Miriam! Me siento afortunada de recibir tan bonito y rotundo comentario. Un saludo!