Dicen que hay que dejar salir a los miedos para que los sueños puedan entrar.
Que hay comienzos deprimentes, tristes, feos. Como el peor de los lunes. Como un madrugón de los buenos. Como la inevitable vuelta de vacaciones. Como un día nublado y gris en el que la lluvia te pilla en plena calle y sin paraguas.
Que demasiado a menudo las cosas no resultan ser como esperabas. La suerte te da la espalda y te saca la lengua. Que te sientes fuera de lugar. Que nada ni nadie puede ayudarte. Que todo parece torcerse con demasiada facilidad y hay poco –o nada- que puedas hacer para evitarlo.
Que andas arreglando un desaguisado detrás de otro.
Que es normal sentir que es mejor abandonar. Tirar la toalla. Salir por la puerta de atrás. Alejarte. Pensar en cualquier otra cosa. Olvidarte de tus planes y cambiar de sueños. Y de motivos. Como si fuera posible. E inventar unos nuevos, más fáciles, menos complicados.
O, incluso, dejar de soñar.
Pero que lo valiente es lo contrario.
Proponerte algo e intentarlo con todas tus ganas. Dejar que la pereza, el miedo o la desesperanza a un lado y no bajar los brazos antes de tiempo. Buscar la manera de salir de la oscuridad, de cualquier agujero, de un callejón de salida.
Que siempre hay alguna por donde escapar.
Que lo difícil es sonreír, cuando sientes que el mundo se empeña en hacerte llorar. Hacer equilibrios cuando el suelo se tambalea. Hacer números cuando no te salen las cuentas. Recomponerte cuando estás hecho añicos y unirlos aunque sea con pegamento.
Y dar un solo paso, aunque sea descalzo.
Que lo complicado es decirte que sí y callar todo lo demás. Creer en ti en todo momento. En que puedes. En que has de intentarlo. Confiar en que vas a ganar, aunque partas de cero. Acordarte de lo que querías ser de mayor, cuando eras pequeño. Y tratar de cumplirlo.
Y tratar de ayudarte.
Que lo bonito es decir te quiero, a los ojos. Incluso cuando no sabes la respuesta. Dar la mano primero. Y abrazar hasta con las palabras.
Recuperar la esperanza cuando la habías hasta pisoteado.
Arriesgarte a ser feliz, a pesar de las cosas que puedan salir mal.
Que lo valiente es venirse arriba, cuando estás en lo más hondo.
Patricia Ayuste.
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Marleah Make Up
21 enero, 2015 a las 11:48 amQué alegría me da cuando veo que has escrito algo nuevo. Sigo apoyándote y diciéndote que eres una escritora fabulosa (como diría la gran Samantha de Sexo en Nueva York). Me encanta cada historia que escribes. Me transmites mucho en cada uno de los relatos y me dejas con ganas de saber más.
Y hablando ya del post, es muy importante venirse arriba de vez en cuando. Sentirse fuerte, que puedes con todo, que la vida no puede contigo sino al revés. Y enero es un momento perfecto para ello. para demostrar que podemos con eso y más. Cosas que terminan y otras que empiezan. Así es la vida, ¿no?
Besos!
Javier Sánchez
21 enero, 2015 a las 5:00 pmUna entrada simplemente genial :D. Me quedo por tu blog, me gusta mucho.
¡Un saludo!
Entre suspiros y un café
21 enero, 2015 a las 5:48 pm¡Qué fan soy de tus comentarios! Tienes el don de sacarme siempre, siempre una enorme sonrisa. Y sabes que estoy no hubiera sido posible sin tu ayuda 😉
Un beso enorme guapa, ¡y a por todo!
Entre suspiros y un café
21 enero, 2015 a las 5:50 pm¡Hola Javier! Bienvenido, me alegra mucho que te haya gustado la entrada y el blog.
¡Un saludo!
Patri.
Sembrada De bombillas
22 enero, 2015 a las 2:13 pmHola Patri, acabo de encontrarte, me gusta mucho como escribes, voy a darme una vuelta por tu blog, desde hoy te sigo http://sembradadebombillas.blogspot.com.es/
Entre suspiros y un café
22 enero, 2015 a las 4:13 pm¡Bienvenida! Y gracias por dedicarme tu tiempo. Veo que tienes un blog la mar de variado, lo curiosearé más.
Un abrazo,
Patri.
Sembrada De bombillas
23 enero, 2015 a las 8:43 amHola, te he nominado para el Liebster Award 2015, la lista de blogs nominados ya está publicada en mi blog, cuando quieras puedes pasarte, un saludo.
Entre suspiros y un café
23 enero, 2015 a las 1:06 pm¡Muchas gracias por el reconocimiento!
Feliz fin de semana.
Pedro Fabelo
24 enero, 2015 a las 1:27 pmPues eso, hay que venirse arriba. Aunque a veces no viene del todo mal estar en la parte baja del columpio, por aquello del contraste. Se necesita paladear lo malo para saborear lo bueno que la vida nos ofrece, y darle el valor que se merece. De lo contrario, aún siendo todo positivo, la vida se convertiría en una rutina aburrida y sin valor; ¡y los poetas, escritores y guionistas de comedias románticas se morirían de hambre!
Pero tienes razón, hay que venirse arriba. Feliz finde, Patricia. Saludos.
Entre suspiros y un café
24 enero, 2015 a las 1:48 pmPues sí Pedro, la vida es como una montaña rusa, en la que a veces estás en la cima y en cuestión de poco estás en lo más bajo. Y también es cierto que conocer la zona baja te hace valorar más esa sensación de “venirse arriba”.
Igualmente Pedro, feliz fin de semana,
Patri.
Uno de tantos
26 enero, 2015 a las 7:40 amHoy espero que sea un red monday y no haga falta venirse arriba por haberte quedado ya desde el lunes pasado allí.
Magnifico blog que he descubierto y eso ya me alegra mi lunes 😉
Buenos días!!
Eila Medina
26 enero, 2015 a las 10:08 amMe huele a verano lo que escribes, por este motivo te he nominado al premio “BLACK WOLF BLOGGER AWARD” Deseo te haga sonreír durante muchos días. Un saludo!!
Entre suspiros y un café
26 enero, 2015 a las 9:11 pmCon comentarios así es imposible no tener un buen lunes. ¡Muchas gracias!
Un saludo,
Patri.
Entre suspiros y un café
26 enero, 2015 a las 9:18 pm¡Muchas gracias Eila! Menudo subidón para empezar la semana. En cuanto pueda me paso a recogerlo.
¡Un abrazo y feliz semana!
Patri.
Irina Tejera
18 febrero, 2015 a las 2:19 pm¡Qué buena entrada Patri! Me ha encantado. No dejes de escribir, eres muy GRANDE.
Un besazo preciosa.
Floricienta.