Dicen que no existe ningún punto de partida válido si no sabes bien a dónde vas.
Que no todo sirve, ni todos los consejos son buenos.
Que no siempre se parte desde cero, sino que hay veces en que se empieza desde 0.2 o incluso -3. Que hay cosas que no son exactas, aunque poco importa. Que la cuestión es partir. Desde donde quieras o puedas. Cuando así lo sientas. Y al ritmo que tus sueños te permitan.
Que no siempre es necesario saber cuándo vuelves ni a dónde. Que hay puntos a los que es mejor no volver, y ni siquiera pensarlo. Que las pausas ayudan si las sabes entender. Que lo suyo es ir hacia adelante, mirar a los lados para no perderte el paisaje, pero poco o nada hacia atrás.
Que debes aprender a dejarte llevar. A no dar tantas vueltas cuando te atascas. A tomar atajos y caminos que no estaban en tus planes. A dejar que sean tus pasos los que dibujen el camino. En compañía o sin ella. Tratar de llegar pero que el destino no sea lo prioritario, sino el viaje. Y saber que, siempre se llega a algún lugar.
Antes o después.
Que, antes o después, sabes a dónde quieres ir.
Que, antes o después, aprendes a orientarte mejor después de perderte. Después de haberte perdido un millón de veces. Después de haber llegado a sitios donde no querías ir ni en el peor de tus sueños. Después de encontrar caminos inesperados que terminan convirtiéndose en tus favoritos. Imprescindibles. Únicos.
Tuyos.
Antes o después, aprendes por qué sí y hasta por qué no. Aunque al principio cueste, pero todo es cuestión de práctica. Y de porrazos. Porque es cierto que de todo se aprende, tanto queriendo, como a la fuerza. Tanto de lo bueno y más aún de lo malo. Algunos a la primera, otros a la décima. Que puede que no haya prisa, pero hay cosas que cuanto antes, mejor que mejor.
Antes o después, aprendes que hay pasos que debías dar sí o sí o tropezones que eran necesarios y lluvias sin las que cuales no hubieras apreciado tanto el brillo de un arcoíris.
Aprendes que hay comienzos que solo llegan porque otros comienzos tocan su fin.
Que el secreto no está tanto en luchar contra lo viejo, lo que dejas atrás, sino en enfocarte en lo nuevo. En lo que tienes delante. En lo que ya eres y en lo que puedes llegar a ser.
En partir desde donde estás.
En partir desde cero si hace falta.
En crear tu punto cero a partir del cual comenzar.
Patricia Ayuste.
4 Comentarios
Blue Butterfly
7 septiembre, 2015 a las 6:42 pmQué bonito y qué buena simbología has usado! 🙂 siento no pasarme tanto por aquí, porque ya sabes que me encantan tus textos, perp es que no puedo con todo… Ojalá tuviera más tiempo. 🙂
Blue Butterfly
Esther Barbero
7 septiembre, 2015 a las 8:38 pmMe ha encantado…y llegado… Sabes que estoy en un punto 0? O como mucho 0.2 😉 No te sobra ni falta ni una palabra. Parace que, “sin conocerme” lo has escrito para mi. Gracias! Un beso enorme!
Entre suspiros y un café
7 septiembre, 2015 a las 9:02 pm¡Me alegra que te guste! Y que hayas sacado un poco de tiempo para leerme, se agradece mucho 😉
¡Feliz semana!
Entre suspiros y un café
7 septiembre, 2015 a las 9:04 pm¡Hola Esther!
Creo que es mutuo, yo también me encuentro muy identificada con tus textos, es un gusto leerlos. ¿Para cuándo el próximo?
Pues si estás en ese punto cero, aprovecha y dibuja el camino tal y como quieres que sea 😉
¡Un besazo guapa!