Lo que cuenta

Hacer algo por primera vez. Una buena noticia. Un regalo sorpresa. Que suene tu canción favorita. Bailar sin importarte lo que piensen. Los sustos que no pasan de ahí. El cielo azul. Los errores que terminan en acierto. El frío al meter los pies en la piscina. Dar las gracias. Que te agradezcan cualquier tontería. Una mirada que lo dice todo. Un martes que sabe a viernes. Que te agarren fuerte de la mano.

Una tostada de nocilla. Y arrepentimientos cero. El olor a tierra mojada. Y a pólvora. Volver al restaurante de las grandes celebraciones. Y de las pequeñas. Una película en blanco y negro. Cantar en el concierto de tu grupo favorito. La música en directo. El olor a limpio. Una copa de vino. Hacer sitio para el postre. Las tardes de lectura. Hacerte un autorregalo porque sí. El desayuno en la cama.

La alegría porque sí. Y la que hace llorar. Los nervios de la noche de antes. Sentir que tocas el cielo. Y alguna estrella. La felicidad de abrir un regalo. La doble felicidad de ver cómo abren lo que has regalado. Los cambios a mejor. Aceptar que las cosas no son perfectas. Dejarse llevar. La adrenalina antes de saltar. La paz al llegar.

Tumbarte sobre el césped. Un fin de semana en París. Perderte en algún mercadito navideño. Saltar las olas y mojarte hasta las pestañas. El otoño en medio de un bosque. El sonido de una cascada. Los amaneceres en la playa. Las vistas que roban el aliento. Una cabaña de madera en pleno silencio. Un picnic en medio de la nada.

Volver a tu ciudad favorita. Planear la próxima escapada. La banda sonora de un viaje por carretera. Los billetes para tu próximo destino. Los nervios del despegue. Sentir el mundo a tus pies. El comienzo de las vacaciones. Orientarte sin mapa. Hacer fotos como si no hubiera un mañana. Enamorarte de un nuevo lugar. Volver a casa después de un viaje largo.

Descubrir que aún queda tiempo. Las siestas sin hora de despertarse. El primer baño del verano. El prólogo. Recibir una postal. La oscuridad antes de que empiece la película. Pedir un deseo a una estrella fugaz. El comienzo de un gran día. Acertar el último número de la lotería. Una tarde de peli, sofá y compañía. Encontrarte después de perderte.

Releer las cartas de tu infancia. Ver llover a través de la ventana. Las felicitaciones por las pequeñas cosas. El calorcito de la chimenea. Acertar una adivinanza. Encontrar algo que habías perdido. Soplar las velas. Los días sin prisas. Ayudar a alguien. El olor a ropa lavada. Correr bajo la lluvia. Empezar un libro nuevo. La noche de Reyes. Un puente de tres días. Recordar algo y reírte.

Una mesa llena de los tuyos. Las recetas de tu abuela. Un nuevo miembro en la familia. Los reencuentros después de mucho tiempo. Desempolvar el álbum de la infancia. Las caras de orgullo. Crear nuevas tradiciones. Las viejas tradiciones que nadie entiende. Un abrazo donde caben muchos.

Amigos que te entienden. Comidas que terminan en cenas. Reír recordando batallitas. Los planes improvisados. Las fiestas que acaban mejor que empiezan. Las trastadas de la infancia. El calor de un abrazo. Un audio de 30 minutos. Los brindis por nosotros. Las felicitaciones de cumpleaños de los tuyos. Los amigos de toda la vida. Los que no se van nunca. Los cafés que arreglan el mundo.

Un primer te quiero. Un te quiero con flores. Las despedidas de aeropuerto. Un beso con abrazo incluido. Sentir que te estás enamorando. Saber que te has enamorado. Que te dejen el último bocado del plato. Recibir un mensaje. Sonreír al releer ese mensaje. El olor a su colonia. Las tardes –sin prisa- de domingo. Un beso en la frente. Un baile bajo las estrellas. Mejilla contra mejilla. Dejarte querer. Y que te quieran bien.

Que las cosas salgan bien. Saltar. Tener razón de vez en cuando. No discutir por todo. Seguir una corazonada. Jugarte tu mejor carta. Y ganar. Comprobar que los sueños se cumplen. Las ganas de comerse el mundo. Salir a por todas. Conseguir un imposible.

 

Patricia Ayuste.