Tomar un café como excusa perfecta para quedar con un buen amigo para hablar de todo –y de nada a la vez- mientras tratamos de solucionar el mundo.
Un café como vía de salida a tu día a día. A esos problemas que no sabes cómo afrontar, a ese trabajo que se come tu tiempo, a esos miedos que te persiguen allá donde vas. Tu momento de aislarte del ruido, de mirarlo desde fuera para tratar de entenderlo mejor. Y decidir cómo afrontarlo.
Un café como pretexto para reencontrarte con aquellos que más quieres. Tanto a quienes ves a menudo, como quienes es más difícil coincidir. Para dar ese abrazo que tantas ganas tenías de dar. Para contar una buena noticia, para hacer planes de futuro o para llorar de risa.
Un café como medio de ayuda. Para esos días tontos en que las cosas parecen ponerse en tu contra. O, incluso, en los momentos más delicados. Para escuchar consejos, tomar distancia y aprender a decidir por tu cuenta. Para reponer fuerzas y salir hacia arriba. Para ver lo que, hasta ahora, no estás viendo. Para sentir que no estás a solas.
Un café como una merecida pausa en estos tiempos de locos. Sentarte contigo para pensar en ti. Para dedicarte desde unos minutos hasta un par de horas de ser posible. Para leer, desconectar o simplemente descansar. Regalarte tiempo para ti. Y hacer con él lo que quieras.
Un café como excusa de futuro. Porque siempre queda algo pendiente. Sea un viaje, un sueño o un abrazo.
No en vano dicen que una taza de café está repleta de ideas.
Patricia Ayuste.
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Marleah Make Up
12 mayo, 2014 a las 11:31 amCuánta razón tienes en todo lo que has comentado. Es que parece que no, pero un café da mucho de sí y es mucho más que eso. Es conversación, risas, amistad, terapia (y muy efectiva),…
Un besito!
Entre suspiros y un café
12 mayo, 2014 a las 12:03 pm¡Exacto! Un café significa compartir momentos, en general buenos, a veces no tanto, pero siempre son especiales.
¡Un besazo!