Dicen que la vida, sin música, sería un error. Tremendo.
Que la música puede llenar cualquier momento de tu vida. Acompañarte. Cambiarte el estado de ánimo. Ayudarte a salir, a encontrar la luz cuando estás a ciegas en el fondo de un pozo. A darte el impulso que te faltaba para esa carrera, para ese paso o para esa duda que te frena.
Que la música te ayuda a no sentirte a solas y a estarlo sin echar en falta nada. Ni a nadie. Incluso a querer estarlo de vez en cuando.
Que la música te ayuda a llorar cuando lo necesitas, a encontrar las respuestas que, a veces, te faltan. A dar con la inspiración, la esperanza o la paz que no encuentras en ninguna otra parte.
Que la música habla cuando las palabras fallan.
Que la música puede hacerte sonreír, sacar lo mejor de ti. Hacer que vuelvas a creer. A tener un punto de apoyo cada vez que flojees. A no desesperarte cuando veas que no llegas. A frenar cuando sientas que te estrellas.
Que la música ayuda a cantar bien alto, a quedarte sin voz, a no temer desafinar. Y te trae a la mente tus mejores recuerdos para que no olvides. O te ayuda a crear unos nuevos para que no te rindas.
Que la música te hace bailar como si nadie estuviera mirando. Te hace perder los miedos. Y te ayuda a entender que hay que bailar incluso bajo la peor tormenta.
Que hay momentos que, sin música, no serían lo mismo. Como un viaje por carretera. Como el encuentro entre los protagonistas. Como la entrada de la novia. Como una final de Champions. Como una clase de yoga. Como un beso de película.
Que la música nunca falla.
Y que, aunque golpea fuerte, nunca duele. Que es el lugar en el que sentirte a salvo. Donde puedes ser lo que quieras. Donde puedes soñar sin peros y volar bien lejos. Donde las segundas oportunidades existen y cada segundo cuenta.
Porque, en ocasiones, todo cuanto necesitas es música.
Música de la que une y acorta distancias. El lenguaje universal. Entenderse sin palabras. Hablar con miradas. La cura de heridas invisibles y de cicatrices a medio cerrar.
Música de la que habla desde dentro y rompe cualquier barrera. La que expresa lo que no hay otra manera de contar.
Música de la que te cambia y nada vuelve a ser igual.
Música de la que habla de ti. Por ti. La que nadie más puede tocar.
Tu propia banda sonora.
Patricia Ayuste.
No hay comentarios
Gema Vallejo
10 noviembre, 2014 a las 12:54 pmYo soy como tú, la música es imprescindible, lo paso mal cuando mis cascos se rompen y siempre tengo unos de repuesto por si acaso. Además, eso de que despiertan las emociones es totalmente cierto. Yo con la canción de “Married Life” de “up” ya me echo a llorar. Y mira que me encanta, pero no puedo evitarlo.
Además te ayuda a encontrar mejor las palabras. Siempre que escribo intento tener música, sobre todo ahora, y cuando una canción me evoca algo es que la escucho cien veces si hace falta, durante toda la escena, hasta que se me pasa y puedo ir a la siguiente. Así, luego la escucho y me viene esa escena a la cabeza, y una canción no es nunca más una canción nada más.
Coincido totalmente contigo jajaja La música me pierde.
¡Un besín!
Entre suspiros y un café
10 noviembre, 2014 a las 1:56 pmVeo que nos parecemos mucho Gema ;). A mí la música me ayuda a escribir, a desconectar, a pensar, a reír,… Me gusta que me acompañe siempre..
¡Un beso grande!
Patri.
Juanan G.C.
10 noviembre, 2014 a las 8:06 pmHola Patri, te comprendo perfectamente, suscribo por completo tus palabras. Sin música, la vida sería distinta y triste. Los que somos aficionados a la música entendemos como está ahí como la banda sonora de nuestra vida, enfatizando momentos y silencios. A mi me parece imprescindible, una compañía de la que no quiero prescindir nunca.
Me parece muy curioso lo que has comentado de las series, yo también soy mucho de series y me encantan las bandas sonoras y las canciones que ilustran algunos momentos. Recuerdo el final de la primera temporada de Revenge con una potente canción de Florence and the Machine que me ponía los pelos de punta, o el final de la serie A dos metros bajo tierra, con el Breathe me de Sia… hay tantos momentos…. Me ha encantado esto post tan musical.
Un abrazo
Entre suspiros y un café
11 noviembre, 2014 a las 8:16 amCreo que la música es parte esencial de la vida de una gran mayoría de gente, independientemente del tiempo libre que tengamos o del estilo de vida que llevemos. A todos nos gusta tener ese momento musical que nos acompañe en nuestras rutinas o en nuestros descansos.
Revenge suele proporcionar buenas músicas, acorde al ritmo de la serie y a las situaciones. Otras series que me gustan musicalmente hablando son Anatomia de Grey y Crónicas vampíricas. Algunas de mis canciones habituales y grandes descubrimientos vienen de ahí.
Un abrazo Juanan,
Patri.
Max
12 noviembre, 2014 a las 4:38 pmTengamos una cita musical??!! Jeje…
Entre suspiros y un café
12 noviembre, 2014 a las 10:33 pm¡Bienvenido Max!
Un saludo, Patri.
Davinia Pastor
4 octubre, 2015 a las 5:38 pmYo sin música no podría vivir. Yo la he sentido desde que nací y soy tan feliz que no cambiaría ningún paso de mi ser. Yo voy a tu revés…. la lectura me ayuda hacer música y tus palabras forman parte de ella. Enhorabuena por este post, básico a la par que inprescindible.
Entre suspiros y un café
4 octubre, 2015 a las 6:06 pm¡Gracias Davinia! Me sigue impactando que te inspires en mis textos, no puedo evitarlo. Cuando empecé a escribir no pensé que llegaría a servir de inspiración a nadie. Me alegra mucho, muchísimo, de veras.
Un beso enorme 😉
Davinia Pastor
4 octubre, 2015 a las 11:02 pmLa vida está llena de Casualidades… Firmes ???