Era una chica que decía que creer que algo es posible, es siempre el primer paso para alcanzarlo.
Que, aunque había momentos en que se sentía como un pequeño punto, insignificante, perdido en la inmensidad del manto azul, en la oscuridad de la noche cerrada, en el bosque de estrellas que iluminan el cielo, sabía que basta con encender una pequeña chispa para ver la luz.
Que basta con un pequeño destello para saber hacia dónde quieres ir.
Era una chica que creía en pedir deseos a cuantas estrellas veía. Por fugaces que fuesen. Cerrando los ojos con fuerza, deseándolo con todas sus ganas. Creía en la magia de las constelaciones y en la fuerza del universo. Ese que dicen que puede conspirar a tu favor para ayudarte a conseguir todo aquello que te propongas. Pero que, de nada sirve si no crees en ello.
Que nada consigues si no crees en ti.
Y que la cuestión es no dejar de creer.
Era una chica que creía que puedes soñar todo lo que quieras. De noche e incluso de día. Que el techo está donde tú lo pongas. Pero que las cosas se hacen, se buscan y se consiguen. Que en papel todo queda bonito pero hay que vivirlo para que sea real.
Era una chica que creía que casi todo es posible, pero sólo si se intenta. Si das lo mejor de ti. Si no corres sin mirar lo que tienes delante. Si no te pierdes detalle.
Si apuestas bien fuerte y no te das media vuelta antes de tiempo.
Era una chica que sabía que nada permanece igual y que el cambio es la única constante en la vida. Que es mejor tratar de aceptar las cosas, que cambiarlas. Que es mejor cambiar uno que esperar que otros lo hagan.
Que es mejor no esperar nada y celebrar siempre que puedas.
Era una chica que sabía que no era lo mismo querer que amar. Que, si se ama, se ama con todas las letras y con significado completo. Que o te entregas o no te acerques, pero medias tintas nunca.
Y que, para amar de verdad, se empieza por uno mismo.
Era una chica que apuntaba siempre lo más alto, como mínimo a las estrellas.
Patricia Ayuste.
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Jaume Vicent
27 noviembre, 2014 a las 9:00 amEl primer paso para que un sueño se haga realidad es creer en él, saber que se cumplirá. Y el primer paso para amar a los demás es quererse a uno mismo. Es tópico total, pero es la verdad. Cómo me gustaría a mí salir de esta esfera azul y hablar con zorros y serpientes…la de cosas que escribiría… 🙂
Te lo digo siempre, pero es que eres inspiradora, empezar así las mañanas es una maravilla.
¡Un abrazo!
Entre suspiros y un café
28 noviembre, 2014 a las 4:22 pm¡Consigues sacarme los colores con tus comentarios! Y animas a seguir creyendo en mi pequeño espacio 😉
¡Un beso Jaume!
Rubén M. Mayo
4 diciembre, 2014 a las 3:30 amHay canciones que uno escucha porque le tranquilizan (al menos en mi caso), y xq sabe que va a encontrar pureza durante esos minutos. Eso es lo que yo encuentro cuando te leo : un cojín suave y cómodo donde estar tranquilo y relajado un ratito.
Enhorabuena Patri!
Ely Kala
4 diciembre, 2014 a las 5:26 amMe encanta tu blog… Y los sueños se hicieron para hacerlos realidad… Y digo sueños, no la pesadillas, que eso ya es otro cantar… Saludos
Entre suspiros y un café
4 diciembre, 2014 a las 7:26 am¡Qué bonito Rubén! Me acabas de poner una enooooorme sonrisa bobalicona en la cara que va a tardar en borrarse ;).
¡Un besazo! Y gracias por leerme 😉
Patri.
Entre suspiros y un café
4 diciembre, 2014 a las 7:27 am¡Muchas gracias! A realizar sueños se ha dicho 😉
Un abrazo y gracias por leerme 😉
Patri.