Entre Suspiros y un Café
Sueños

Seguir las señales

No siempre es fácil tener clara cuál es la opción a elegir.

Que hay decisiones a las que les das mil y una vueltas. Las sopesas ahora sí y ahora también. Las destripas al detalle, analizando puntos y pausas, buscando las distintas tonalidades y todas y cada una de sus posibles implicaciones. Ya sea en el silencio de la soledad o en el alboroto de la compañía, esa con la que solucionas el mundo.

Una tarde cualquiera. En un bar cualquiera.

dudas

Que hay decisiones que te hacen dudar más de lo que debería considerarse normal. De ella, de ti, de cualquiera. De si es realmente que sí o solo un capricho temporal. De si debes apostar bien fuerte, al rojo o al negro, o poner solo una mínima parte. Cuando dudas de si hoy es el día o de si mañana será mejor.

De si «ahora, sí o sí» o de esperar que llegue el momento. De si lo habrá.

Decisiones que no son ni simples ni difíciles en sí, sino que eres tú quien las complica de más. Quien las etiqueta, las revuelve, las cuestiona. Quien las usa como escudo tras el cual excusarte. O esconderte. O tirar balones fuera.

Por no envalentonarte y tomar partido. Por no saber cómo ni cuándo, por no decidirte a actuar, por no atreverte a moverte. Por no pedir bien y obrar en consecuencia. Por no aceptar a tiempo.

O por no haber dicho que no desde el mismo principio.

Cuando algo en tu interior te gritaba bien fuerte la respuesta. Cuando tenías una especie de intuición. Cuando sentías que era una señal, de algún modo, o se había despertado tu sexto sentido.

Y que optaste por no ver. Por no escuchar. Por no seguir. Y por ignorar al completo.

Porque preferiste optar por hacer oídos sordos, por esperar a tenerlo más claro, por esperar a que cambiaran las reglas de juego. A que te chivaran las respuestas. Por esperar a que despejaran las incógnitas de aquella ecuación que solo tú debías resolver.

Porque preferiste hacer lo que viste que otros hacían. Lo que otros te dijeron que era mejor. Lo que otros te obligaron, aunque luego dijeras que había sido tu idea.

Preferiste quedarte donde estabas en lugar de seguir el caminito de migas, como los hermanos del cuento.

camino

Porque temiste ir y no saber volver. No encontrar el camino de vuelta. No saber deshacer los pasos ni hacia qué lado mirar. Equivocarte de dirección. Que te llevara hacia un nuevo lugar.

Y que te perdieras por completo.

Porque, a menudo, el mayor miedo es ese. No volver. No regresar. Alejarte demasiado de ti, de tu hogar.

Equivocarte en las respuestas, en reconocer tus propias huellas, en aceptar tus pasos en falso.

No saber interpretar las señales.

Y quedarte siempre con la eterna duda.

 

 Patricia Ayuste.

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4 Comentarios

  • Responder
    lachicadelquinto
    27 octubre, 2016 a las 10:06 am

    Creo profundamente en las señales que nos manda la vida, el destino…Hay perseguir los sueños Patri.
    Un beso enorme

    • Responder
      Entre suspiros y un café
      27 octubre, 2016 a las 7:23 pm

      Mucha suerte en tu camino de señales y deseos por cumplir Bea. Estoy deseando tener noticias 🙂

      ¡Un beso!

  • Responder
    Isa
    28 octubre, 2016 a las 10:14 am

    Muy fan de las señales y muy buena esta entrada!
    Siempre hay que seguirlas…tengamos miedo o no…porque cuando lo hacemos..oh! que bien sienta saber lo que llevaba escondido tanto tiempo, sea bueno o no tan bueno..pero las señales siempre son para bien! 🙂

    • Responder
      Entre suspiros y un café
      28 octubre, 2016 a las 10:24 am

      ¡Muy bien dicho Isa! Las señales son siempre para bien, para descubrir, para guiarnos, para aprender. Y estás ahí para algo.

      ¡Un beso grande! Muy feliz fin de semana ?

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